Vitoria. Ha pasado ya un mes desde que el comité de Guardian lanzara un órdago a la dirección en forma de paro indefinido, y las cosas continúan sin moverse. Es más, los hechos demuestran que la situación empeora cada día. Porque al malestar sindical existente desde antes incluso del verano y la significativa caída de la producción de vidrio -los hornos no pueden detener su actividad, por lo que todos los días se producen primero y se destruyen después enormes toneladas de vidrio-, hay que añadir los ocho días que varios miembros del comité llevan encerrados en la planta de Llodio a la espera de una reunión con la empresa. Un encuentro prometido "por escrito" hace hoy una semana pero que la firma vidriera parece haber incumplido, a pesar de reconocer entonces que "había margen" para continuar negociando entre ambas partes. Mientras tanto, los 120 despidos exigidos por la dirección como garantía para lograr la supervivencia de la empresa siguen encima de la mesa, al igual que la intención de Guardian de presentar un ERE de extinción. Un extremo que los trabajadores aguardan más pronto que tarde.

A la espera de acontecimientos, parte de la plantilla abandonó ayer su Llodio natal para recalar en Vitoria y recorrer sus calles bajo el lema Lan hitzarmen duin baten alde. Lan erreformarik ez (Por un convenio digno. No a la reforma laboral). ¿El objetivo?, denunciar públicamente su situación y, de paso, criticar a la "rancia" patronal alavesa por no mediar en este conflicto y respaldar la reforma laboral. En un comunicado leído por uno de sus portavoces, la plantilla, que lleva en huelga indefinida desde el pasado 23 de octubre, exigió a la dirección que se siente a negociar cuanto antes para lograr un convenio "digno" sin "imposiciones", "chantajes", ni "amenazas". Más de un centenar de trabajadores se han manifestado hoy por las calles de la capital alavesa en una marcha que ha finalizado frente a la sede de SEA.

Reorganización de la fábrica En declaraciones a los medios al término de la marcha, los representantes sindicales explicaron que la prioridad de los trabajadores en estos momentos es lograr un convenio "digno" que respete el mantenimiento de todos los puestos de trabajo. En esta línea, el mismo portavoz censuró la "amenaza" de la dirección al anunciar un expediente con 120 despidos para esta misma semana -algo que hasta ayer no había ocurrido- y advirtió de que con una simple reorganización de los puestos de trabajo en la planta de Llodio se impediría cualquier salida traumática.

Por su parte, el responsable de la sección de ELA, Aitor Garriga, reclamó a las instituciones que se impliquen en el mantenimiento de los puestos de trabajo, sobre todo en una empresa como Guardian, que, tal y como señaló, "tiene unos beneficios que, para lo que está planteando, llegan a ser incluso obscenos". Calificó a continuación de "crecida" la actitud de la empresa en este proceso y lamentó su intención de pretender unas relaciones laborales absolutamente "dictatoriales" donde los derechos de los trabajadores parecen no tener cabida, concluyó este portavoz.