Madrid. Numerosas manifestaciones y un seguimiento irregular de las acciones de protesta en varios países de Europa caracterizaron ayer la jornada en contra de los ajustes y de las políticas de austeridad convocada por la Confederación Europea de Sindicatos (CES).
España y Portugal fueron los únicos que convocaron huelga general, mientras que el resto de países europeos se decantaron por la celebración de paros parciales, conferencias informativas sobre la situación de crisis y manifestaciones.
En Portugal, la jornada afectó de forma irregular a los colegios y los servicios estatales, se sintió con fuerza en el transporte público y poco en los comercios, según varias fuentes sindicales.
Durante todo el día hubo largas colas en las paradas de autobuses de Lisboa, cuyas estaciones de metro estuvieron cerradas.
En cambio los comercios de la capital parecían poco afectados por un paro que la Confederación General de Trabajadores de Portugal (CGTP), el mayor sindicato luso, consideró un éxito.
En los servicios municipales y estatales, como los tribunales, puntos de atención al ciudadano y oficinas ministeriales, la incidencia de la huelga era "considerable", según los sindicatos de funcionarios, pero se registraba actividad.
También los centros educativos de la región capital y de las mayores ciudades lusas se vieron afectados de manera irregular por la protesta y en algunos institutos faltaron más alumnos que profesores.
Como es tradicional en Portugal, el Gobierno no hizo comentarios ni facilitó datos sobre la incidencia de la huelga, la tercera en un año para repudiar la política de austeridad del primer ministro conservador, Pedro Passos Coelho.
En Grecia, las principales confederaciones sindicales del país, GSEE y ADEDY, así como el sindicato de trabajadores municipales (POE-OTA), convocaron una huelga de tres horas contra las políticas de austeridad, como continuación a la huelga general de 48 horas de la semana pasada, en la que la participación fue superior al 50%, según uno de los convocantes.
En Atenas, unas 5.000 personas, según la Policía, participaron en una marcha contra las políticas de austeridad en la que se enarbolaron banderas de los países más afectados por las políticas de recortes: Grecia, España, Portugal, Italia e Irlanda.
En el caso de Italia decenas de miles de trabajadores salieron a las calles en las más de 100 manifestaciones que fueron convocadas por el sindicato mayoritario, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).
A la protesta se sumaron los estudiantes en varias manifestaciones contra los recortes en la educación, y en algunas ciudades se vivieron fuertes enfrentamientos con la policía que causaron varios heridos leves entre las fuerzas del orden.
En la capital de Francia varios miles de personas se dieron cita en la plaza de Montparnasse para dirigirse a la École Militaire, cerca de la Torre Eiffel, en la más relevante de las manifestaciones.
Allí se concentraron los líderes de las mayores organizaciones sindicales, en una jornada en la que se convocaron en Francia cerca de 200 protestas.
El acto mayoritario de Alemania, convocado por la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) reunió a cerca de dos centenares de personas en la emblemática Puerta de Brandeburgo en Berlín.
Miembros de la DGB, pero también de formaciones políticas de la oposición socialdemócrata, verde y de la izquierda se sumaron a la protesta con una enorme pancarta en la que se rechazaban los recortes sociales en Europa.
En el Reino Unido, decenas de trabajadores de la compañía Crossrail, dedicada a operar trenes, se manifestaron ayer cerca de la estación del metro londinense de Tottenham Court Road para expresar su solidaridad con los sindicatos europeos.
También se registraron protestas similares en Manchester, Sheffield, Newcastle o Liverpool.
En Irlanda, medio centenar de personas se concentraron ante el Banco Central Irlandés, en el centro de Dublín, para mostrar su solidaridad en esta jornada.