BERLÍN. La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió ayer de que el año que viene no será el último de la crisis en Europa, ni mucho menos. La dirigente germana echó por la borda los recientes mensajes optimistas del Ejecutivo español y fijo un plazo de "cinco años y más" en el que los países europeos deberán hacer "un gran esfuerzo" en forma de reformas estructurales para poder recuperar la confianza de los inversores internacionales.

En un congreso regional de su partido, la CDU, la canciller se mostró tajante una vez más sobre la importancia de las medidas de contención del gasto público, una senda por la que Alemania quiere mantener a los socios más vulnerables durante mucho tiempo. Al menos cinco años más, cuando se han cumplido ya cuatro desde que estalló la crisis en Europa. En el Estado español ya el anterior gobierno del PSOE comenzó con las medidas de ajuste, que se han tornado más severas con la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa. Y el Gobierno aún tiene deberes por delante, como retrasar la edad de jubilación efectiva para paliar el déficit de la Seguridad Social -ha presentado una propuesta de reforma al Pacto de Toledo- o abaratar aún más el despido, tal y como pide Bruselas.

La línea de austeridad está marcada, aunque no está claro por cuánto tiempo se prolongarán unas medidas que según muchos expertos solo sirven para deprimir aún más el consumo, la actividad, el empleo, y también los ingresos del Estado. Ayer Merkel aseguró que, al menos, los esfuerzos deberán durante cinco años, tal vez más, para lograr que Europa abandone definitivamente la crisis de deuda. Y es que la canciller considera que los países con problemas como España, Portugal, Italia o Grecia aún están lejos de salir del agujero. En este sentido, subrayó ante sus compañeros de formación la necesidad de grandes reformas estructurales, que deben además arrojar resultados de cara a recuperar la confianza de los mercados. "Hay muchos inversores que no se creen que en Europa cumplimos nuestras promesas", señaló Merkel, e instó a cumplir las exigencias en materia de consolidación presupuestaria y reducción de la deuda, así como un mayor compromiso por parte de los socios. "Necesitamos austeridad para convencer al mundo de que vale la pena invertir en Europa", declaró en su línea habitual. La prima de riesgo española ha cerrado la semana en 421 puntos, mientras Mariano Rajoy especula con la posibilidad de no pedir el rescate hasta el año que viene, si bien su demora podría hacer subir la presión de la prima. En cualquier caso, la ayuda exterior estaría acompañada de una batería de compromisos que, como intuye Merkel, obligarían a mantener la política de austeridad unos cuantos años más.