Bilbao. La resaca del Consejo Vasco de Finanzas más controvertido aportó ayer nuevos datos que refuerzan la sensación de que PSE y Bildu negociaron durante las más de seis horas que se prolongó la reunión para que Lakua reciba 201 millones de euros del dinero que han recuperado las diputaciones forales por las vacaciones fiscales. En esa línea, José Luis Bilbao reveló que Gipuzkoa modificó su opinión en varias ocasiones mientras se registraban conversaciones fuera de foco.
La gran incógnita es si esos diálogos conllevan contrapartidas de futuro, si hay un acuerdo de más calado entre PSE-Bildu como sospechan Araba y Bizkaia. Y la complicidad entre ambas formaciones en las juntas de Gipuzkoa para aprobar modificaciones fiscales sienta un precedente que despierta recelos en un contexto muy delicado por la crisis y la caída de la recaudación. También por la complejidad de la escena política, con el Gobierno en funciones y a punto de marcharse, pero presionando para forzar una reforma tributaria a pesar de que es competencia de los parlamentos forales y las diputaciones.
La Diputación guipuzcoana ya ha aplicado un nuevo Impuesto sobre la Riqueza sin contrastarlo antes con las otras dos haciendas de la CAV. Una alianza fiscal de Bildu con los socialistas solo tendría margen de maniobra real en las Juntas de Gipuzkoa si bien añadiría tensión en las de Bizkaia y Araba.
"Ayer hubo varios recesos y conversaciones y hablamos, yo ayer vi a la Diputación de Gipuzkoa cambiar de postura varias veces a lo largo del día, no sé quiénes y entre quiénes hablaron o qué es lo que hablaron, pero lo curioso del caso es el alineamiento de la Diputación de Gipuzkoa, Bildu, con el Gobierno vasco saliente, con el Partido Socialista", aseguró en los micrófonos de Onda Vasca el diputado general vizcaino. Bilbao añadió que desconoce si esa sintonía "tendrá más consecuencias, habrá que verlo".
La semántica también entró en juego a la hora de explicar el alineamiento sin precedentes de una diputación con el Gobierno, la ruptura del tradicional frente foral. En Araba, su diputado general, Javier de Andrés, no tiene "pruebas" que demuestren que hubo "un pacto", entendido como el fruto de una negociación, pero no tiene ninguna duda de que se produjo "un acuerdo" entre los socialistas y la izquierda abertzale. "Si era anterior o se hizo allí mismo ya no lo sé, lo que sé es que entraron juntos en la sala y votaron juntos", afirmó.
El aliado de Patxi López en esta cuestión defendió su posición y acusó a Bizkaia y Araba de negarse a repartir el dinero de las vacaciones fiscales "para tapar sus problemas financieros". Según dijo el diputado general gipuzcoano, Martin Garitano, ese territorio ya tiene el dinero "preparado" para ingresarlo en las arcas de Lakua, pero que "tal vez" las otras dos diputaciones hayan mostrado su rechazo a hacerlo porque no disponen de fondos. Garitano negó que exista "un acuerdo marco" con los socialistas e incluso rechazó que Bildu haya "hecho un favor" al Ejecutivo vasco.
Todo ello a pesar de que el destino de la inyección económica que recibirá Lakua esté en entredicho y que tanto Bizkaia como Araba vinculen la maniobra a un intento de "maquillar" las cuentas y corregir la desviación del déficit en el CAV. Ambas consideran que Bildu ha permitido a López lavar su imagen y desconfían de las contrapartidas que puede recibir la izquierda abertzale.