Berlín. El presidente del BCE, Mario Draghi, defendió ayer en el Parlamento alemán el nuevo programa de compra de deuda anunciado por el emisor del euro para salvar economías en apuros como la española, y aseguró que no supone un riesgo para la independencia de la institución ni para los contribuyentes de la eurozona. "No es una financiación encubierta" de los gobiernos, subrayó Draghi.
En una comparecencia ante parlamentarios alemanes, el presidente del BCE incidió en que este tipo de intervenciones están diseñadas para enviar una "clara señal" a los inversores de que sus temores sobre la zona euro son "infundados", y recalcó que esta medida tiene como condición la petición de ayuda al fondo europeo de rescate, así como que no supondrá una "financiación encubierta de los gobiernos" que vaya a hacer aumentar la inflación.
Así, un día después de recordar a España que si quiere ayuda debe solicitar formalmente el rescate, Draghi trató de tranquilizar a las voces alemanas que habían criticado el plan de ayuda, asegurando que el BCE no actuará si no comprueba que se cumplen los ajustes comprometidos.