Vitoria. Por su dimensión y trayectoria histórica, los casos de Laminaciones Arregui y Guardian Llodio acaparan en estos momentos toda la atención mediática y social alavesas después de una tensa semana de movilizaciones. Aún compartiendo ambas compañías el mismo fondo -los efectos de la reforma laboral sobre sus plantillas-, el escenario a corto plazo es diferente. Laminaciones pondrá fin el lunes a casi seis meses de huelga reincorporándose a sus puestos de trabajo 35 operarios. Será un "gesto de buena voluntad" por parte del comité para retomar las negociaciones con la dirección y asegurar el futuro de las plantas de Vitoria y Urbina. El cambio de estrategia comenzará él mismo lunes con una marcha desde la plaza 3 de marzo hasta la planta del polígono de Betoño en la que el grupo de trabajadores estará acompañado por los 178 despedidos hasta la fecha, cuyo reingreso en la empresa, según se desprende del auto del TSJPV, aún se desconoce. Además, la actual huelga dará paso a partir de ahora a paros parciales, explicó ayer el comité.

Por contra, la situación en Guardian Llodio continúa enquistada, por más que la dirección, en una política de comunicación sin precedentes, trate de trasladar ante la opinión pública su deseo de retomar el diálogo para garantizar la "supervivencia" de la fábrica. Un gesto que según se desprende de su última nota, pasa por la reestructuración de la plantilla: "La demanda de los mercados en los que operamos ha bajado de manera brusca en los últimos años y las ventas, otro tanto, así que la planta está actualmente sobredimensionada". En consecuencia, sobrevuelan despidos por una de las factorías clave del Valle de Aiala. El lunes está previsto un nuevo encuentro para tratar de acercar posturas. Un día después, esta vez en Araia, los trabajadores de Arriko harán lo propio con su dirección para conocer sus intenciones después de tres meses sin cobrar y una cartera de pedidos paralizada por la negativa de los proveedores a suministrar material para proyectos que sí existen.