NUEVA YORK. S&P explica su decisión en el agravamiento de la crisis económica, que está limitando las opciones del Gobierno español; el aumento del desempleo y las restricciones presupuestarias, que pueden contribuir a un aumento de las fricciones entre Madrid y los gobiernos regionales.

La agencia señala también a las dudas sobre la determinación de los gobiernos de la zona euro a mutualizar los costes de la recapitalización de los bancos españoles en apuros, y apunta a una "falta de una dirección clara en la política de la zona euro".

Todos esos factores han motivado un recorte de dos escalones (de BBB+ o "aprobado alto" a BBB- o "aprobado bajo") y situarla en perspectiva negativa.

S&P considera que la capacidad de las instituciones políticas españolas para afrontar los importantes retos que plantea la crisis "está declinando".

En primer lugar, apunta a que las tensiones presupuestarias y próxima celebración de tres elecciones regionales están haciendo aumentar las tensiones entre los gobiernos central y autonómicos, lo que "probablemente limitará las opciones políticas del Gobierno central".

También recuerda que España sufre una recesión severa que, en su opinión, va a peor (prevé que el PIB caiga este año el 1,8 % y el 1,4 % en 2013), por lo que espera una contracción aún mayor del consumo y la inversión, tanto en el sector público como en el privado.

Apunta que, si bien las exportaciones están aumentando significativamente en los últimos años, de forma que en julio se registró el primer superávit por cuenta corriente desde agosto de 1998, no pueden compensar el impacto que la crisis interna tiene en el empleo y los ingresos fiscales del Gobierno.

La agencia de calificación añade que las respuestas de las autoridades políticas monetarias de la zona euro desde el desencadenamiento de la crisis en 2008 "no han sido efectivas" en contrarrestar la dificultad de acceso al crédito en amplias partes del sector privado de la economía española.

Si bien recuerda el relativo alto precio del crédito, afirma que "la escasez del crédito es un problema aún mayor que su coste". Apunta datos del Banco de España, según los cuales los préstamos a empresas domésticas no financieras han caído 161.000 millones de euros desde el final de 2008 hasta agosto de 2012.

El efecto de la escasez del crédito ha sido muy debilitador, sin que haya un final a la vista de esa tendencia, ya que los bancos están reduciendo su cartera de créditos para poder cumplir los requerimientos de capital cada vez más estrictos que se les exigen.

Standard & Poor's indica además que los Presupuestos Generales del Estado para 2013 están basado en asunciones "ampliamente optimistas", ya que sus objetivos fiscales serán "probablemente" afectados negativamente por el previsto declive del empleo y por la revalorización de las pensiones antes de finales de año y su aumento en 2013.

La agencia de calificación dice que para cumplir los objetivos de déficit de 2012 y 2013 harán falta nuevas medidas de consolidación fiscal, lo que a su vez "podría ampliar la recesión", sobre todo si las políticas de la zona euro no consiguen mejorar las condiciones de financiación de la economía y estabilizar la demanda doméstica.

S&P apunta además a que las "dudas" del Gobierno español a la hora de solicitar un programa formal de asistencia a la zona euro, que reduciría significativamente los costes de financiación de la deuda soberana, tienen el potencial de agravar los riesgos para la calificación de España.

Por su parte la agencia de calificación Moody's rebajó en junio en tres escalones la nota de la deuda España, del "A3" (notable bajo) hasta el "Baa3" (aprobado bajo), y la situó en perspectiva negativa, mientras que Fitch la degradó también en tres escalones, hasta "BBB" (aprobado), igualmente con perspectiva negativa.