El sindicato ESK denunció ayer el despido de tres trabajadores en la planta de Celigüeta, ubicada en Agurain y cuya actividad principal es la elaboración, envasado y venta de patatas fritas. Según esta central, la dirección estaría alterando, de forma unilateral, las condiciones laborales "como le da la gana", cerrando la empresa los lunes o rebajando un 10% los salarios. El resultado hasta la fecha son dos despidos individuales por causas económicas y otro más por causas disciplinarias.