Un colectivo castigado por la crisis y con un gran nivel de desprotección
LA LEY DE EMPRENDEDORES DE patxi lÓPEZ incluye medidas de apoyo a los proyectos autónomos de empresa
vitoria. El cierre del grifo en Lanbide para los autónomos añade tensión en un colectivo que ha sufrido mucho durante la crisis y que además se enfrenta a su histórico bajo nivel de protección en caso de fracasar el proyecto empresarial. La caída de afiliación a la Seguridad Social de autónomos se sitúa en la CAV 1,5 puntos por encima de la media del sistema (-3,5%). Si se toma como referencia el mes de mayo de 2009, investidura de Patxi López, 9.027 profesionales autónomos han dejado de pagar sus cuotas a las Seguridad Social.
Y la situación no ha dejado de empeorar porque según los datos de la patronal, Euskadi ha sido la segunda comunidad autónoma con mayor descenso porcentual del número de autónomos en el primer semestre del año. La renuncia a incentivar el emprendizaje a través de Lanbide supone un duro golpe para la actividad autónoma en un momento en el que se ha convertido en refugio de personas que pierden su empleo a cuenta ajena.
También limita el margen de crecimiento de la promoción empresarial, siempre con unos ratios bajos en la CAV en comparación con otras culturas económicas. Según datos del Instituto Vasco de Competitividad, Orkestra, en 2011 la tasa de población emprendedora adulta se situó en el 4% frente al 7% de 2008.
La decisión de eliminar la ayuda de Lanbide contrasta con la aprobación una semana después, el 28 de junio de este año, de la Ley de Emprendedores, que tuvo su origen en una iniciativa del PP que apoyó el PSE. En esa norma, el Gobierno se compromete a adelantar el pago de las prestaciones por desempleo del Servicio Estatal para promover el autoempleo, mientras suprime sus propios incentivos.
Circular interna que informa
sobre el fin de las ayudas. Foto: dna