MADRID. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró ayer que los Prespuestos Generales del Estado del año que viene servirán para abrir el cambio del crecimiento y la creación de empleo en España. Los sindicatos, el resto de partidos y un buen puñado de comunidades autónomas -que verán reducida la inversión del Estado en una media del 12%- sostuvieron todo lo contrario.

No hubo ninguna posibilidad de consenso en las opiniones por que la letra grande del Presupuesto habla de un recorte de 13.500 millones, mientras que la pequeña señala a Sanidad, Industria y Fomento como los ministerios víctimas del mayor tijeretazo. El recorte del gasto ministerial roza el 9%, pero el de Sanidad y Servicios Sociales alcanza el 22,6%, el de Industria, Energía y Turismo supera el 21% y del Fomento es del 11%.

A partir de ahí, hay reducciones del gasto en todos las áreas ministeriales. Solo se salvan, como ya avanzó el jueves el ministro, las partidas destinadas a pagar el gasto de los intereses de la deuda, las pensiones y las becas.

La austeridad incluso afecta a los fondos destinados al subsidio del desempleo, porque, según las previsiones económicas del Gobierno español, el paro caerá en 2013 en 72.500 personas y se situará en el nivel de los 5.598.000 desempleados. Así se presupuesta una bajada del 6,3% en los fondos destinados a políticas de desempleo. En esa línea, el Gobierno destinará 869,39 millones de euros al Fondo de Garantía Salarial, que garantiza el pago de indemnizaciones y salarios a los trabajadores cuyas empresas son insolventes o están en concurso de acreedores, lo que supone un 31 % menos respecto al ejercicio de 2012. Esta minoración es una de las medidas que el ejecutivo ha establecido para preservar la viabilidad financiera del Fogasa.

Defendió Montoro en la presentación de los Presupuestos en el Congreso que se trata de unas cuentas sociales. Y lo hizo a pesar de que el pago del deuda supondrá la cuarta parte de todo el gasto previsto. Las dudas en torno al euro han encarecido la financiación de la deuda española en los mercados en los últimos meses y ha encarecido los intereses que se pagan por ella, lo que ha llevado a dotar 9.000 millones de euros más a dicha partida, que se acerca ya alarmantemente a los 40.000 millones.

Más deuda Por otra parte, las ayudas que se solicitarán a Europa para recapitalizar la banca española elevarán la deuda del conjunto de las administraciones públicas el próximo año hasta el 90,5 % del PIB, lo que se explica también por el plan de pago a proveedores o la parte asignada a España en los rescates de Grecia, Portugal e Irlanda.

Aunque todavía no se sabe el montante final que se pedirá a Europa para la banca española, los presupuestos han incluido de momento 30.000 millones (aún no desembolsados), que computan como deuda.

Asimismo, las ayudas que el Estado ha dado para el saneamiento del sector financiero han sido computadas como déficit a título informativo, lo que elevará el desequilibrio previsto de las cuentas públicas al 7,4 % del PIB este año, en lugar del 6,3 % calculado.

No obstante, Montoro aclaró que ese incremento no tiene que ser corregido y no conllevará ajustes adicionales, puesto que desaparecerá por sí mismo en el momento en que las entidades devuelvan el dinero prestado.

El Gobierno no duda de que cumplirá con el objetivo de déficit comprometido con Bruselas, razón por la que el presupuesto sigue siendo restrictivo en gastos como los destinados al personal, que se recortan el 3,9 %, y a los ministerios, que se ajustan una media del 8,9 %.

Además se recorta el gasto en infraestructuras (13,5 %), en subvenciones al transporte (27,1 %), en seguridad ciudadana e instituciones penitenciarias (5,4 %) y en políticas de Defensa (7,7 %), entre otras.

Por el contrario, no se toca la partida destinada a I+D civil, se garantiza a los trabajadores públicos que volverán a tener dos pagas extra (tras suspender la de diciembre en 2012) y suben las pensiones un 1%.

Junto a los recortes ministeriales, también habrá menos dinero para las administraciones regionales. Las transferencias del Estado a las comunidades autónomas bajarán un 12% el próximo ejercicio, mientras que las destinadas a las entidades locales subirán un 5,4%

El ministro explicó que son unos Presupuestos de austeridad y de ahorro, pero son también las cuentas que tienen que "servir de palanca" para superar "de una vez por todas" la "larga crisis" económica y demostrar que España es un socio "fiable", como ya hizo en el pasado.

Montoro insitió en que este es el compromiso de un Gobierno que plantea unas cuentas que se corresponden con su orientación política, aunque respondan a la necesidad que requiere el país en estos momentos y a la respuesta que hay que dar a la situación económica.