Vitoria. Ni las diputaciones ni el Parlamento vasco. Nada va a hacer cambiar la controvertida decisión del Gobierno Vasco de retrasar el Consejo de Finanzas hasta después de las elecciones. A la oposición frontal de los gobiernos forales se sumó ayer el visto bueno de la Mesa del Parlamento a debatir el día 2 una enmienda del PNV para intentar evitar el aplazamiento. Por encima de todo ello, el Ejecutivo ha convocado la reunión para el próximo 23 de octubre, el martes posterior a los comicios, e insiste en que su objetivo es sacar el CVF de la campaña electoral aunque su maniobra ha provocado lo contrario. De hecho, López sufrirá un nuevo revés en el Parlamento la semana que viene a causa de un encuentro que el resto de partidos e instituciones consideran clave celebrar antes del día 15 para elaborar los Presupuestos.
Metida de lleno la cuestión en campaña y levantada una polvareda política mayúscula, las diputaciones insisten en que no hay ningún motivo para aplazar el Consejo de Finanzas y cada vez hay más dudas en torno a los motivos reales de la decisión. En el Parlamento se barrunta por ello un tenso debate en el que se pondrá en tela de juicio la salud de la tesorería de Lakua, salpicando precisamente la imagen de buen gestor que el lehendakari quiere trasladar cara a los comicios. ¿Tiene algo que esconder López?, es la pregunta que se hace de forma unánime toda la oposición.
Previsiones de recaudación En el CVF, el consejero de Economía, Carlos Aguirre, tendrá que presentar una previsión muy afinada sobre la previsión de crecimiento del PIB de este año y el próximo. Los datos serán malos, peores de lo estimado, lo que supondrá un reconocimiento implícito de que las recetas socialistas no han estado a la altura de la crisis, estiman los partidos.
También se fijarán las previsiones de recaudación del próximo año y se hablará de la necesidad de ajustar el gasto, como recordó ayer el presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, cuando acusó a López de posponer la cita para evitar que "se le caiga el falso castillo de que aquí no hay crisis ni recortes".
A pesar de los intentos del Gobierno de trasladar a la opinión pública que hay precedentes de aplazamientos similares, lo cierto es que nunca se ha tomado en Lakua la decisión de hacerlo. Problemas de agenda han forzado pequeños retrasos de uno o dos días a lo sumo, pero en ningún caso de forma intencionada. Y menos para evitar el supuesto impacto que podría tener durante la campaña electoral.
Todo ello alimenta el recelo sobre el cariz político de una decisión que no ha tenido reflejo en el trabajo técnico preparatorio del CVF. En esa línea, representantes del Gobierno Vasco y las tres diputaciones celebraron ayer un nuevo encuentro discreto en el que continuaron intercambiando información como vienen haciendo desde el 14 de septiembre, antes de que Carlos Aguirre mostrase las cartas de Lakua.
Sin embargo, no será posible dar el paso final hasta que los diputados generales y el consejero de Economía cierren las previsiones de recaudación y el flujo de dinero entre administraciones en el seno del CVF. Ese momento marca el inicio formal de la elaboración de los presupuestos forales y de la CAV para presentarlos antes del 1 de noviembre como marca la ley.
Una vez consumado el aplazamiento, la Diputación de Bizkaia reclamó al Gobierno Vasco que reconsidere su postura. Es "imprescindible" que la reunión se celebre antes del 15 de octubre para que las diputaciones y los ayuntamientos puedan elaborar y aprobar sus cuentas en tiempo y forma, destacó en un comunicado. Bizkaia subrayó a su vez que con la presentación mañana del anteproyecto de Presupuestos del Estado, las administraciones vascas dispondrán de toda la información necesaria y el CVF podría reunirse la próxima semana antes del inicio de la campaña.