madrid. El plan del Banco Central Europeo para comprar deuda de países en apuros ha dado vidilla al Gobierno de Mariano Rajoy hasta el punto de que el presidente aún confía en no tener que volver a pedir ayuda a Europa. Eso da a entender al menos públicamente. La prima de riesgo española ha bajado más de cien puntos desde que el BCE diese los detalles de su programa para salvar el euro el pasado día 6, una tregua que ya ha sido aprovechada por las grandes empresas para lograr financiación más barata. Ahora le toca el turno al Estado, que vuelve a emitir deuda esta semana por primera vez desde el último mensaje de Mario Draghi. Si se confirma el éxito de las dos subastas de bonos programadas, una para mañana y otra para el viernes, Rajoy habrá dado otro pasito por la senda que, aunque plagada de obstáculos, le aleja de un nuevo rescate.
Hacia dónde quiere ir el Ejecutivo español ha quedado otra vez claro este fin de semana. El ministro de Economía, Luis De Guindos, ha insistido en la reunión con sus homólogos europeos celebrada en Chipre en que no habrá petición de rescate inminente. Volver a pasar por el trago de pedir auxilio financiero a Europa -condición insalvable impuesta por el BCE para actuar- tendría un altísimo coste en términos de rentabilidad política, algo que también ha quedado demostrado este fin de semana con la importante movilización del sábado en Madrid, máxime cuando el Gobierno aún debe reformas a Bruselas, como es el retraso de la edad de jubilación efectiva comprometido en los Presupuestos presentados al Ejecutivo comunitario para los años 2013 y 2014.
De momento los mercados, con la prima de riesgo ligeramente por encima de los 400 puntos -llegó a estar en 638 en julio- permiten a Rajoy esperar, parece, por lo menos, hasta después de las elecciones en la CAV y Galicia, si bien en octubre el Estado debe hacer frente a vencimientos por valor de más de 25.000 millones de euros. En este contexto el presidente del Gobierno sigue asegurando públicamente que aún no sabe si pedirá el rescate o no, mientras sobre el terreno económico la relajación del riesgo español, agudizada desde el pasado día 6, cuando Draghi hizo oficial su plan de ayuda, ya deja efectos positivos.
Desde aquel jueves, grandes compañías como Santander, BBVA, Iberdrola o Telefónica han aprovechado para emitir deuda corporativa a intereses más bajos de los previstos dada la buena acogida entre los inversores internacionales. Mañana le tocará al Estado en la primera subasta de deuda española tras las palabras mágicas del presidente del BCE. En concreto, se ofrecerán letras a 12 y 18 meses, un papel que no se emite desde el 21 de agosto. Por otro lado, el jueves emitirá bonos al 3,75% y vencimiento a 31 de octubre de 2015, así como obligaciones a diez años con cupón del 5,85%, en este caso hasta el 31 de enero de 2022. El contexto favorable hace pensar que los inversores acogerán de buen grado la oferta, de forma que rebajarán los rendimientos prolongando el ciclo positivo en los mercados.
La última subasta del Tesoro tuvo lugar precisamente el día 6, horas antes de la comparecencia histórica de Draghi, que terminó con una colocación del máximo previsto y además rebajando los intereses, dado que ya se habían avanzado las líneas maestras del plan del BCE -aquel día Angela Merkel mostró públicamente en Madrid su apoyo a las reformas de Rajoy-. Igualmente, las subastas de agosto fueron positivas de la mano de un descenso progresivo de la prima de riesgo vinculado al primer anuncio de Draghi sobre una futura intervención del emisor del euro.
Hasta cuándo durará este optimismo en los mercados es una incógnita pero de momento sirven, además de para preservar el crédito político de Rajoy, para congelar los recortes en el plano social. El BCE, que ya ha pedido a España una rebaja generalizada de salarios, avisó de que acogerse a su plan de compra de deuda soberana implicará "condicionalidad macroeconómica plena".
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en una reunión reciente con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Foto: afp