Fráncfort. En su boletín mensual de septiembre, publicado hoy, el BCE presentó varios escenarios sobre la posible evolución de deuda de las Administraciones Públicas en relación con el producto interior bruto (PIB), pero advierte de que "no deben interpretarse como previsiones".

La entidad monetaria recuerda que "las primas de riesgo excepcionalmente elevadas que se han observado en los precios de la deuda pública en algunos países de la zona del euro reflejan, entre otros aspectos, la preocupación de los inversores acerca de la sostenibilidad de dicha deuda".

El presidente del BCE, Mario Draghi, anunció la semana pasada un nuevo programa de compra de deuda soberana, que ha arrastrado a la baja las primas de riesgo de España, Italia y otros países.

La entidad monetaria presenta en su boletín un escenario base y otros adicionales más adversos para el crecimiento del PIB, la consolidación fiscal y los tipos de interés en España.

En el escenario base, la ratio de deuda alcanzará un máximo del 94 % en 2015 y luego disminuirá hasta el 77 % en 2020, incluido el impacto en la deuda pública de la ayuda del fondo de rescate temporal (FEEF) para el sector bancario.

El BCE considera que la ayuda del FEEF, cuya cuantía todavía se desconoce, no afecta negativamente a la dinámica de la deuda porque "es probable que el tipo de interés que ha de pagar el Gobierno por este préstamo sea relativamente bajo".

En el escenario adverso de crecimiento, se supone que, entre 2013 y 2015, las tasas de crecimiento del PIB registradas y potenciales son cada año un punto porcentual más bajas que en el escenario base.

En este primer escenario adverso, el PIB se contrae un 1,5 % en 2013, crece un 0,2 % en 2014 y un 0,9 % en 2015.

Se supone que esta perturbación del PIB es permanente y provoca déficit (estructurales) más elevados a lo largo del horizonte considerado.

Según este escenario, la deuda en relación con el PIB alcanza un máximo del 99 % en 2015 y disminuye hasta el 88 % en 2020.

En el segundo escenario de consolidación insuficiente, se considera que en 2012 y 2103, el Gobierno español sólo consigue llevar a cabo la mitad del ajuste estructural al que se comprometió y el saldo (primario) estructural en relación con el PIB sigue siendo más alto.

Según este escenario, la deuda en relación con el PIB alcanza un máximo del 104 % en 2016 y disminuye hasta el 103 % en 2020.

En tercer lugar se considera un escenario adverso de tipos de interés según el cual, a partir de 2013, los tipos de interés de mercado (a todos los vencimientos) están 200 puntos básicos por encima de los tipos de interés en el escenario base.

De acuerdo con este escenario, la deuda de España en relación con el PIB alcanza un máximo del 96 % en 2015 y disminuye hasta el 85 % en 2020.

El BCE añade que los presupuestos equilibrados a medio plazo son "clave para asegurar que la deuda en relación con el PIB retome la trayectoria a la baja cuando se cierre la brecha de producción".

"Esto subraya la importancia de que los Gobiernos cumplan sus compromisos de conformidad con el marco de gobernanza fiscal de la Unión Europea (UE) y que lleven a cabo los avances requeridos hacia el logro del equilibrio estructural (y los correspondientes superávit primarios)", dijo el BCE.

En caso de no alcanzar este objetivo, se pondrán de manifiesto inmediatamente riesgos sustanciales para la sostenibilidad de la deuda, alertó la entidad monetaria.

Además, "las medidas complementarias para favorecer el crecimiento del producto potencial facilitan el ajuste fiscal y el logro de los superávit primarios adecuados".

Los Gobiernos pueden influir en las perspectivas de crecimiento a largo plazo emprendiendo reformas estructurales orientadas a potenciar el crecimiento, aconseja el BCE.

Tales reformas podrían tener efectos positivos sobre el crecimiento del PIB real, lo que mejoraría aún más las perspectivas para la sostenibilidad de la deuda.