atenas. Grecia reconoció ayer la existencia de dificultades para convencer a sus acreedores extranjeros de que acepten un plan para ahorrar cerca de 12.000 millones de euros en los próximos dos años, clave para desbloquear la entrega del siguiente tramo del rescate que el país necesita para no caer en la bancarrota. La esperanza de que Grecia, actualmente en su quinto año de recesión, pueda recibir una aprobación rápida a su plan de ahorro se frustró cuando los inspectores de la troika rechazaron el domingo parte de la iniciativa presentada por el Gobierno de Antonis Samaras.
Ayer, durante una segunda ronda de conversaciones, tampoco hubo acercamiento. "Es una discusión difícil, estamos intentando convencerlos de la solidez de nuestras posiciones", ", dijo el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras. Los funcionarios de la troika rechazaron algunas de las medidas propuestas para reducir los gastos del sector público y pidieron un plan más audaz para recortar el número de funcionarios.