Bilbao. El primer ministro heleno, Antonis Samarás busca estos días el apoyo de los principales líderes europeos para que otorguen margen de movimiento a su país a la hora de cumplir los compromisos adquiridos. Ayer estuvo en Berlín y hoy visitará a Hollande en París. El líder griego buscó el apoyo de Alemania y la canciller alemana, Angela Merkel, le expresó su confianza y su deseo de que Grecia permanezca en el euro justo el día en el que su Gobierno admitió que estudia su posible salida.
Ayer mismo se confirmó que un grupo de trabajo del Ministerio de Finanzas alemán que se ocupa de la crisis del euro analiza también las repercusiones que tendría una eventual salida de Grecia de la Unión Monetaria Europea.
Merkel, en línea con otros dirigentes europeos, aseguró al tiempo que hay que esperar el informe de la troika formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional antes de valorar la posibilidad de un tercer paquete de ayuda a Grecia o de darle más tiempo a Atenas para cumplir con sus compromisos, tal y como reclama Samarás.
"Grecia forma parte de la zona del euro y quiero que siga en ella", aseguró Merkel, insistiendo en la necesidad de que Grecia cumpla con los compromisos fijados en el memorando de entendimiento y argumentando también que una de las principales causas de la crisis actual se debe a que se trata de una "crisis de confianza".
Samarás reiteró por su parte que su Gobierno "no desea más dinero", aunque sí "más tiempo para respirar", algo que consistiría en una moratoria de dos años para poder cumplir con el objetivo de déficit del 3% del PIB fijado para el año 2014, según ha trascendido. "Estoy convencido de que el informe de la troika constatará que el nuevo Gobierno de coalición consigue resultados", señaló ayer Samarás quien afirmó que "los hechos son más convincentes que las palabras". Para el político heleno además, según subrayó, la receta más importante para salir de la crisis es la del crecimiento.