BILBAO. La economía española sigue viviendo en el alambre y al albur de las decisiones y opiniones de Alemania. Ayer, tras unos ciertos días de tranquilidad en los mercados financieros en los que la prima de riesgo española había bajado, o sea que España se puede financiar más barato a través de las emisiones deuda pública, unas declaraciones del todo poderoso Bundesbank alemán señalando que no está dispuesto a aceptar cualquier solución para la crisis de la deuda europea volvieron a hacer repuntar la prima de riesgo española a media sesión hasta cerrar a 477 puntos.
La situación sigue en los términos habituales. Los inversores internacionales sólo aflojaron la presión sobre la deuda española si tienen más garantías de que van a cobrar y estas garantías, desafortunadamente, ya no las da España sino el Banco Central Europeo y la Unión Europea. Sin el respaldo del BCE los inversores no se fían y el Banco europeo siguiendo las directrices del que manda, Alemania, no está por la labor de prestar más dinero al Gobierno de Madrid si éste no adopta las decisiones adecuadas, algo que sólo hará, según Berlín, obligado, tras una petición oficial de rescate a lo que Rajoy se resiste.
Los mercados iniciaron la jornada con la inercia positiva para España de la semana pasada, auspiciada por la esperanza de que el Banco Central Europeo (BCE) acabará interviniendo y comprará bonos de deuda pública de los países sometidos a presión (España e Italia), aunque ello implique previamente la petición de ayuda al fondo europeo de rescate.
España necesita poder financiarse mucho más barato que entre el 6-7% actual porque el pago de los intereses de su elevada deuda se está comiendo los presupuestos del Estado sin que los recortes de gastos puedan paliar la escasez de recursos de las administraciones públicas. Y rebajar los tipos de los créditos es vital para España porque el año que viene precisará, según UBS, refinanciar casi 130.000 millones de euros, una enormidad.
El problema es que para que Europa intervenga, España tienen que pedir un rescate oficialmente, al menos ésa es la condición que puso el pasado 2 de agosto Mario Draghi, presidente del BCE, para que dicha institución compre bonos españoles y abarate su coste. Ya entonces recordó que el plan no contaba con el beneplácito del poderoso banco central alemán, Bundesbank, que ayer volvió a ratificarse en ese postura echando un jarro de agua fría sobre la ilusión española de ver bajar la prima de riesgo.
La expectativa de una posible solución se reflejó ayer a primeras horas en una rebaja de la prima de riesgo de los bonos españoles a 10 años en comparación con los alemanes, que llegó a bajar hasta 458 puntos básicos tras acabar el viernes en 494. Hacia el mediodía, sin embargo, emprendía una remontada que la devolvíó a los 477 puntos del cierre.
La realidad es que países con la misma moneda, el euro, y sus empresas, ven como unos, Alemania, se financian al 1,5% y otros, España, al 6,2%, algo que está lastrando la competitividad de las empresas españoles frentes a las alemanas.
Con todo no hay que olvidar que el pasado 25 de julio este tipo al que se financiaba el Estado español en deuda a 10 años llegó al 7,751%, el más alto desde que existe el euro.
Con este panorama, y Moody,s señalando que el PIB español volverá a caer al menos medio punto en 2013, se explica que la Bolsa volviese a bajar y el Ibex cerrase a 7.469 puntos tras perder un 1,2% en la sesión de ayer.
El banco central alemán enfría las expectativas de los mercados
de un próximo rescate financiero de España
El Estado español necesitará refinanciar unos 120.000 millones en 2013, según un informe de UBS
La Bolsa de Madrid, ayer. Foto: efe