vitoria. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) puso fin ayer a la euforia que estaban generando los últimos días las acciones de Bankia entre los inversores. El valor de los títulos de la entidad nacionalizada se habían casi triplicado desde el pasado 17 de julio al tiempo que los accionistas olían la cercanía de una inyección de liquidez desde Bruselas dentro del primer paquete de ayudas a la banca española pactado por el Eurogrupo. Pero el FROB, organismo dependiente del Estado, decidió ayer cortar por lo sano y lanzar una advertencia recordando a los inversores que deberán asumir pérdidas cuando Bankia reciba dinero de Europa, un anuncio que desencadenó una tormenta de ventas y desplomó las acciones casi un 20% al término de la sesión.
Bankia vivía el pasado jueves uno de los mejores días en el parqué, su undécima jornada sesión consecutiva en verde, con una subida del 19,3% -precisamente una cifra muy similar al retroceso de ayer- repuntando hasta los 1,513 euros por acción. El cierre del jueves casi triplicaba el valor del pasado 17 de junio, cuando los títulos cotizaban en mínimos de 0,53 euros.
La única razón objetiva para este optimismo de los últimos días, más allá de intereses especulativos, no era otra que la ayuda que recibirá la banca española del resto de socios europeos tras el rescate pactado el mes pasado por el Eurogrupo. Las ayudas pueden llegar hasta 100.000 millones pero de momento se ha acordado un primer tramo de 30.000, de los que los inversores esperan que una parte importante vayan a parar a Banco Financiero y de Ahorro (BFA), al que pertenecen Bankia y Banco de Valencia, también resucitado por ayudas del Estado. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, técnicamente en quiebra, ha fijado en 19.000 millones los millones que necesita para reflotar la entidad, lo que hace suponer que el crédito que abierto desde Bruselas será suficiente.
Esta lectura hacía subir las acciones, pero el FROB devolvió ayer a los socios a la realidad para frenar la burbuja con un mensaje en el que advertía: "Los accionistas deberán participar en la cobertura del coste de los procesos de saneamiento de las entidades que precisen ayudas públicas", lo que daba a entender que habrá restricciones a la hora de recuperar el dinero invertido una vez de que BFA reciba el rescate europeo. El aviso era extensible a los inversores de Banco de Valencia, cuyas acciones, disparadas el jueves, perdieron ayer un 10%.
Lógicamente la reacción en el parqué fue inmediata y tras conocerse el mensaje, lanzado antes de la apertura, los accionistas comenzaron a recoger beneficios de forma que la acción cayó hasta un 25%, desde 1,5 euros hasta 1,2 euros, a comienzo de la sesión para a partir de ahí iniciar una leve remontada que concluyó con una pérdida de valor cercana al 20%, empujando al Ibex al rojo.
La Bolsa de Madrid se dejó ayer un 0,88%, lastrada también, como el resto de plazas europeas, por una bajada de las exportaciones de China. No obstante, el selectivo español ha cerrado la semana con un repunte del 4,3%, por encima de los 7.000 puntos. La prima de riesgo subió ligeramente hasta los 552 puntos.