Madrid. El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, defendió ayer su labor en Bankia y aseguró tener la conciencia bien limpia en la comparecencia ante el Congreso por la crisis financiera del grupo. En primer lugar, defendió que la fusión fue ordenada por el Banco de España; por otra parte, que aunque el supervisor aceptó su plan de saneamiento, el Gobierno lo rechazó y que, por eso, por la pérdida de confianza del Ejecutivo, presentó su dimisión. Además añadió que la gestión de su equipo "no ha tenido coste alguno para el contribuyente".

Rato, desveló que el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez le conminó a incorporar a Bancaja en la fusión de Caja Madrid con otras cinco cajas más pequeñas y le tranquilizó sobre la situación de la entidad valenciana. Además, explicó que para elaborar las proyecciones financieras del grupo pidieron un informe a Analistas Financieros Internacionales (AFI), que fue posteriormente analizado por la consultora Deloitte. Rato apuntó que este informe desglosaba los datos por cajas y el conjunto de las siete cajas estaba "en condiciones de cumplir con los requisitos de capital" exigidos por Europa y con las pruebas de solvencia. Asimismo, Rato criticó que Deloitte firmó las cuentas de la primera mitad del año sin poner de manifiesto en ningún órgano de la entidad que existía un riesgo para el grupo. Por otro lado, reconoció que se vio "obligado" a dimitir de su cargo al frente de la entidad al ser consciente de que el Gobierno no aprobarían el plan de saneamiento que encargó a la auditora Deloitte para reflotar la institución financiera. Un plan que fue presentado el pasado 4 de mayo al ministro de Economía Luis de Guindos, que suponía a final de este año "préstamos de dinero público por valor de 6.000 millones-que dijo, no son agüjeros-", una cantidad cuatro veces inferior a la requerida y aprobada para su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, que roza los 24.000 millones. Rato recordó que la salida a bolsa de la entidad se produjo tras la decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de exigir más necesidades de capital a las cajas. Es más, aunque Bankia no necesitaba captar una gran cantidad en los mercados, el supervisor le pidió ser "más ambicioso".

El excopresidente de Novacaixagalicia, Julio Fernández Gayoso, que también compareció ayer en el Congreso, se exculpó de la situación al alegar que no tuvo funciones ejecutivas. También comparecieron la exvicepresidenta de un Gobierno del PSOE Elena Salgado y el expresidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra.