Bilbao. ELA y LAB han convocado huelga general el próximo 26 de septiembre en la CAV y Nafarroa contra la última batería de ajustes de Mariano Rajoy, que consideran "un golpe de Estado antisocial". La mayoría sindical vasca, apoyándose en este caso en medio centenar de colectivos sociales, vuelve a adelantarse así a CCOO y UGT, que ya habían amagado con recurrir a esta medida de presión pero que una vez más deberán situarse a rebufo y decidir si dan por buena la fecha propuesta en Euskadi como hicieron el pasado 29 de marzo o si escogen otro día.

La de septiembre será la decimotercera huelga general por motivos laborales que tiene lugar en Euskadi en la etapa democrática, si bien algunas han sido convocadas por sindicatos estatales y abertzales en días distintos pero con similares argumentos. Desde que estalló la crisis en 2008, ELA y LAB han realizado ya cuatro huelgas sin contar la próxima de septiembre, por dos de CCOO y UGT, la última de ellas el 29 de marzo contra la reforma laboral del PP. Aquella fue la primera convocatoria desde 1999 en la que coincidieron los dos principales bloques sindicales vascos, y aunque las manifestaciones discurrieron por separado, las centrales obtuvieron un importante respaldo.

Sobre la posibilidad de que ocurra algo similar el 26 de septiembre, el secretario general de ELA, Adolfo Txiki Muñoz, dejó claro ayer que la unidad de acción con CCOO y UGT sigue siendo más que difícil. "La unidad no es algo demagógico. CCOO y UGT dan cobertura a los recortes a través de un diálogo social vacío que solo se justifica por la financiación. Mientras no se liberen de esa hipoteca no será posible la unidad con nosotros", advirtió. El líder de ELA explicó que "convocamos esta huelga porque es una medida proporcional a un golpe de Estado antisocial". "Decimos no a los recortes y exigimos a la política que haga cosas distintas a las que ha hecho hasta ahora. Queremos agitar a la sociedad para obligar a la política a reaccionar y a decir no", subrayó Txiki.

Ainhoa Etxaide, dirigente de LAB, criticó que las medidas tomadas en Madrid "hipotecan nuestro futuro a medio y largo plazo, y solo sirven para acumular riqueza en manos de unos pocos a costa de la mayoría social". "Nos están llevando por la vía de Grecia y en Euskal Herria no aceptamos el aplico porque es obligatorio", afirmó Etxaide.

Las relaciones de las dos centrales abertzales no atraviesan su mejor momento -el último desencuentro tuvo lugar en mayo al descolgarse ELA de una huelga en el sector público- pero ambas organizaciones han encontrado de la mano de los colectivos sociales un nuevo espacio en el que limar asperezas y abordar acciones conjuntas. Ayer, la mayoría sindical que forman ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e HIRU presentó la huelga ante los medios con el apoyo de sindicatos menores como CGT o CNT y de unas cincuenta organizaciones sociales en las que se encuentran pensionistas, empleadas de hogar o asociaciones de parados, quienes criticaron los recortes en Sanidad, Educación, o la recientemente aprobada subida de IVA.

El anuncio de la huelga llega con un ambiente crispado en lo social, con los empleados públicos en el eje de las protestas. Ayer fueron los funcionarios de la administración del Gobierno Vasco quienes denunciaron que están "muy cabreados" y criticaron que el PP pretende "privatizar servicios públicos", explicó un miembro de ELA a Europa Press. En el Estado sindicatos de este sector ya han previsto llamar a la huelga en septiembre, y en este sentido la federación de servicios públicos de UGT concretará la semana que viene el calibre de sus movilizaciones, si bien los dos grandes sindicatos españoles ya han dejado entrever que habrá huelga general antes de fin de año.

"Mucho daño" La patronal Confebask criticó la decisión de la mayoría sindical y advirtió a ELA y LAB de que es "una grave irresponsabilidad" convocar una huelga en la actual situación económica. A su juicio el paro servirá para hacer "más daño" ya que "perjudica a nuestro tejido productivo cuando éste se encuentra más debilitado que nunca", explicó la patronal. El Gobierno de Patxi López, que ha asumido ya algunos recortes, dijo que "respeta" la convocatoria pero recordó el impacto negativo que tendrá la jornada de huelga sobre la economía.