Vitoria. Aunque esperada, la decisión de la dirección de Celsa Atlántic (antigua Laminaciones Arregui) de no acudir al Preco para reanudar las negociaciones con el comité de empresa cayó ayer como un jarro de agua fría en el seno de los trabajadores, conscientes de que las oportunidades se agotan y la amenaza del cierre sobre sus dos plantas en Álava está cada día más cerca. La escueta y fría decisión de la empresa se produjo justo un día después de que el comité le instase de manera oficial ante el Preco (el organismo público regulador de conflictos laborales) a reunirse de nuevo con el comité para reanudar las conversaciones. Cabe recordar que el último día que ambas partes lo hicieron se produjeron algunos incidentes a la salida cuando algunos trabajadores zarandearon a los dos abogados de la empresa, que tuvieron que abandonar la sede de la calle Canal de Santo Tomás escoltados por la Ertzaintza.

Ayer, a través de una nota de seis líneas firmada por la directora de Recursos Humanos, Susana Ocio, el grupo catalán comunicó su decisión de no acudir al acto de conciliación previsto para el próximo lunes al entender que el proceso de negociación del ERE de extinción concluyó sin acuerdo el pasado 18 de junio. "A esta empresa no le consta que se haya aceptado el plan de viabilidad ofrecido como propuesta final alternativa al cierre en el mencionado proceso de negociación", justificó la nota.

En vista del resultado, las opciones de futuro de Arregui, si es que la había, se desvanecen. Con el comunicado de ayer, la empresa se reafirma en su intención de cerrar antes de concluya este mes sus dos plantas y despedir a 358 trabajadores -los 91 primeros ya los finiquitó la semana pasada a través de varios notarios-, negándose a reabrir un proceso negociador demandando con insistencia por el comité de empresa e incluso el propio Gobierno Vasco, que a través de su Departamento de Industria había comprometido un crédito participativo de cinco millones de euros sin ambas partes alcanzaban un acuerdo para garantizar la viabilidad de las dos plantas y sus empleos.

La empresa no opina La decisión también deja en el aire el futuro de los cerca de 90 trabajadores que el pasado martes rompieron dos meses de huelga para reincorporarse a sus puestos de trabajo en la fábrica del polígono de Gamarra. Ni a este hecho, que fue promovido "exclusivamente" por los trabajadores, insiste la empresa, ni al futuro de esta parte de la plantilla se refirió ayer la dirección en su nota. Tampoco a lo largo de esta agitada semana ha querido pronunciarse al respecto. Sólo un portavoz oficial señaló a este periódico el martes que la dirección del grupo catalán respeta "escrupulosamente" el derecho a huelga de cualquier trabajador, pero también el de quien quiera volver al trabajo.

A pesar del duro golpe de ayer, la plantilla de Laminaciones Arregui continuará esta tarde manifestándose por las calles de Vitoria con una marcha que partirá de la Plaza de Bilbao a partir de las 18.30.