BILBAO. A diferencia de las dos juntas de accionistas de Iberdrola precedentes, ACS renunció a intervenir en la misma para reclamar acceso al Consejo de Administración de la eléctrica vasca. La constructora presidida por Florentino Pérez ha visto en los últimos meses como los tribunales de justicia daban la razón a la postura de la eléctrica y como se veía obligada a reducir su participación en la compañía vasca hasta el 14,7%, agobiado por su alto endeudamiento.
El resultado del cambio de tono de ACS se reflejó en la tranquilidad con que transcurrió una junta que contó con un quorum de asistencia récord con más del 83% del capital presente o representado. ACS sólo pudo votar por un máximo del 10% del capital como contemplan los estatutos de la eléctrica, limitación de voto en empresas cotizadas que la pasada semana volvió a ser permitida al eliminarse en el Congreso la llamada enmienda Florentino, eso sí la representación de ACS no descartó el impugnar la junta.
La asamblea celebrada en el Palacio Euskalduna de Bilbao fue un paseo triunfal para el presidente de la eléctrica vasca Ignacio Galán, que por primera vez apareció acompañado del nuevo consejero-director general, el bilbaino José Luis San Pedro Guerenabarrena, paseo en todo, salvo en un punto: los accionistas estaban satisfecho con los resultados de Iberdrola y con el mantenimiento del dividendo, algo que sólo ha conseguido Inditex entre las firmas del Ibex, pero se mostraron quejosos de la caída del valor en Bolsa de la acción.
En este sentido, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, abrió la puerta a que la compañía vasca compre parte de las participaciones de ACS y de Bankia en la eléctrica para evitar la "presión" bajista bursátil sobre la cotización de la sociedad ante una eventual venta. Para el mercado ambos accionistas están en posición vendedora lo que, junto con la mala imagen de España en los mercados internacionales, ha lastrado el valor de las acciones de Iberdrola.
Galán reconoció, en una breve comparecencia de prensa tras la junta de accionistas, que la compañía vasca podría estudiar adquirir acciones de alguno de sus accionistas para autocartera. Eso sí recordó que se examinarían "una a una" y "en interés de todos los accionistas", y no para ayudar a un socio en problemas. Las eventuales operaciones de rescate serían similares a la que protagonizó Repsol a finales del año pasado con Sacyr comprando parte de su paquete accionarial. Según un informe de UBS , Iberdrola podría destinar hasta mil millones de euros a una operación de este tipo. En la misma línea de hacer ver a los accionistas el valor de Iberdrola incluso en estos momentos de crisis, Ignacio Galán destacó que la compañía va a mejorar los resultados y el beneficio en el primer semestre del año y espera mantener el dividendo. Ante la crisis que asola a la eurozona, el presidente de la eléctrica recordó que Iberdrola "obtiene más de la mitad de sus resultados fuera de la eurozona" gracias al proceso de diversificación que le ha llevado a estar presente, entre otros mercados, en Reino Unido, EEUU, México y Brasil. En este último país espera poder consolidar contablemente su importante participación en las brasileñas Elektro y Neoenergía. Galán defendió el modelo industrial, sostenible y a largo plazo que representa la eléctrica como ejemplo para España y destacó su apuesta por el País Vasco. Iberdrola contribuyó en 2011 a la creación de riqueza por 1.650 millones de euros y fiscalmente generó 600 millones.