Vitoria. Las cuentas le salen al Gobierno español. Los auditores externos dictaminaron ayer que los bancos enfermos del Estado necesitarán un máximo de 62.000 millones de euros para su saneamiento. La cifra es sensiblemente inferior al rescate de 100.000 millones aprobado por Europa y por tanto se cumple con holgura el margen del 50% que se manejaba en el sector financiero.
Bastará con una ayuda de algo más de 90.000 millones en el peor de los escenarios, que contempla caídas anuales del PIB por encima del 4% este año - la previsión oficial es del -1,7%- y superiores al 2% hasta 2014. Las necesidades extra del sistema financiero serán de entre 16.000 y 25.000 millones en el caso más favorable, es decir, si la economía sale del letargo de la crisis.
Las auditorías de los evaluadores independientes Oliver Wyman y Roland Berger suponen un balón de oxígeno para el Gobierno español y el sector financiero. No son cifras de vértigo. No hay un agujero alarmante en el conjunto del sistema y, a falta de un mayor grado de concreción, se focaliza la parte más grande del problema en las entidades financieras en apuros.
En cualquier caso las agencias han cocinado un diagnóstico de trazo grueso, situando al Banco Santander, BBVA y Caixabank a la cabeza del ránking. Son las tres únicas entidades financieras que no necesitarán en ningún caso recapitalización. La única sorpresa hasta cierto punto fue la inclusión de la caja catalana en la lista blanca.
En la zona oscura se sitúan las cajas intervenidas por el Estado y el resto están por omisión directa de momento en una zona intermedia en la que algunas no necesitarán inyecciones de capital y otras sí. Y entre estás últimas algunas podrán cubrir sus necesidades de forma autónoma, sin solicitar ayuda externa. La radiografía completa no se conocerá antes de septiembre.
Hasta el 31 de julio no se cerrarán las auditorias específicas de cada entidad y se tardará al menos otro mes en pasar a limpio los resultados. Partiendo de la base de que el escenario de los 62.000 euros es poco probable según fuentes del sector financiero consultadas por DEIA, la cifra global de las necesidades alimenta cierto optimismo dentro de las entidades vascas.
Sobre todo si el rescate de los bancos malos -que conlleva la liquidación de los más dañados- cumple su objetivo: eliminar incertidumbres de la ecuación de la crisis de deuda española a través del saneamiento del sector financiero y activar el crédito hacia las empresas y las familias. En ese caso, la economía entrará en la senda de la recuperación y las necesidades de capital serán sensiblemente inferiores a la horquilla más alta. Todo apunta a que Kutxabank se situará entre las entidades mejor situadas, las que no necesitan recapitalizarse o pueden hacerlo por su propia cuenta.
gobierno español Desde Sao Paulo, el presidente del Gobierno español calificó de "certero, creíble y manejable" el diagnóstico de la auditorías. Mariano Rajoy recordó que el saneamiento del sistema financiero es un "paso imprescindible" para la recuperación de la economía. Horas antes de conocerse públicamente el resultado del estudio de Wyman y Berger el ministro de Economía, Luis de Guindos, con los datos en la cabeza, tuvo oxígeno para obviar las presiones de Europa y EEUU y rechazar a su llegada al Eurogrupo formalizar el rescate a la banca.
A la luz de las auditorías, el sistema financiero tiene mejor aspecto del previsto. Según Oliver Wyman, de la pérdida esperada de entre 253.000 y 274.000 millones en el periodo de tres años se deduce una necesidad de hasta 62.000 millones para elevar el ratio de capital de máxima calidad (core tier 1) hasta el 9%. Roland Berger identifica 52.000 millones de necesidad de capital frente a una pérdida esperada de 170.000 millones.
Las necesidades se concentrarán en las entidades que ya han sido objeto de actuaciones por parte de las autoridades nacionales a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), indicaron, sin aludir expresamente a Bankia, Catalunya Caixa, Novacaixagalicia o Banco de Valencia. A falta de conocer la segunda fase del análisis, que desvelará las necesidades de capital entidad por entidad, las que requerirán apoyo público serán "las menos rentables, con vocación más regional, centradas en el sector inmobiliario y más vulnerables a la crisis", explicaron. Un espejo en el que no parece reflejarse Kutxabank.