Después de que la dirección de Celsa Atlantic presentara oficialmente ayer el ERE de extinción para los 358 trabajadores de sus plantas de Vitoria y Urbina, la plantilla decidirá el viernes su futuro en una asamblea donde deberán elegir entre asumir la totalidad de los despidos y negociar las indemnizaciones, o garantizar la actividad de las dos fábricas a cambio de las condiciones que siempre ha defendido la dirección del grupo catalán: 91 despidos, reducción de entre un 10% y un 20% y jornadas laborales mucho más flexibles.