MADRID. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, han abordado este viernes la agenda europea y la situación de la eurozona, en un encuentro que fuentes de Moncloa califican de "institucional".
La entrevista, que ha comenzado a las 9.00 horas en el Palacio de la Moncloa, se fijó hace diez días, antes del rescate a los bancos españoles que se anunció el pasado sábado, según han indicado fuentes gubernamentales.
La situación de la eurozona ha centrado esta reunión, que se produce en un momento de máxima volatilidad de los mercados y tensión financiera que está afectando al Estado, y que el Ejecutivo achaca a las elecciones griegas que se celebran este domingo.
Durante el encuentro también se han puesto encima de la mesa asuntos propios de la competencia de la cartera de Almunia, han explicado las mismas fuentes. Previsiblemente, la vicepresidenta y portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, informará de esta entrevista en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Se da por seguro que Rajoy ha trasladado a Almunia su petición de que haya una intervención urgente del Banco Central Europeo (BCE) para estabilizar los mercados y reducir las primas de riesgo, así como la necesidad de que se diseñe un plan para conseguir la unión fiscal y bancaria. Estas reclamaciones ya se las ha hecho llegar por carta al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
PETICION DE DIMISION
La entrevista entre Rajoy y Almunia ha tenido lugar un día después de algunos dirigentes del PP hayan reclamado la dimisión del comisario por entender que con sus declaraciones demuestra una gran "deslealtad" contra el Estado y está "perjudicando" los intereses de la sociedad.
Almunia declaró este jueves en referencia a los bancos nacionalizados -Catalunya Caixa, Novagalicia y Banco de Valencia- que "uno de los tres, de acuerdo con las intenciones de las autoridades del Estado, está orientado a una liquidación y no a su mantenimiento después de la reestructuración como empresa en marcha".
El comisario europeo de Competencia señaló que "si los costes de liquidación son más bajos para los contribuyentes que el rescate y la reestructuración de una entidad, hay que optar por una liquidación.