Madrid. El mercado de deuda pública, influido por las dudas sobre la ayuda a la banca, ejerció ayer una presión feroz sobre el bono español a diez años, que vio cómo se elevaba su interés por encima del 6,8%, algo desconocido desde que existe el euro. Finalmente, la presión se suavizó levemente hasta el 6,71%, aunque la subida no deja de ser preocupante porque acerca a España a la frontera del 7%, que muchos analistas sitúan como el nivel al que ningún país puede financiarse durante mucho tiempo sin ser rescatado.

Es decir, la falta de concreción de cantidades, plazos e intereses con los que España pedirá ayuda, así como la influencia que ésta tendrá sobre el volumen total de la deuda del país y sobre su déficit, está llevando a la economía hispana a un punto de máximo peligro que, de no ser atajado rápidamente, podría derivar en un segundo rescate, esta vez no centrado exclusivamente en el sector financiero, sino en el conjunto de la economía. La diferencia sería abismal: frente a los hasta 100.000 millones que Europa está dispuesta a prestar para sanear los bancos españoles, un rescate de toda la economía podría suponer unos 500.000 millones (según De Guindos) y, esta vez sí, llevaría aparejado draconianas medidas de recorte por las que deberían responder todos los hogares.

Ya lo advertía ayer el prestigioso New York Times (NYT) en su editorial: "España no está fuera de peligro. La ayuda (dada al sector bancario) se traducirá en un aumento de la deuda pública, lo que complicará enormemente la tarea del Gobierno para reparar la deuda actual al mismo tiempo que recorta servicios básicos. Esto puede desencadenar una segunda intervención, esta vez del país. Algo que es, probablemente, inevitable".

La solución a esta amenaza real pasa, según el rotativo neoyorkino, por un cambio de la línea de austeridad aplicada en Europa y por decisiones políticas que primen el crecimiento frente a la contención del gasto. "Esperemos que la decisión (del rescate al sector bancario español) también anticipe una reconsideración de la postura que mantiene Alemania y otros países europeos y acaben por reconocer que la contención del gasto público y la austeridad que han estado demandando ha sido un fracaso", afirmaba la editorial del NYT.

Auditorías Pero el problema práctico al que se enfrenta ahora un Gobierno que sigue negando el primer rescate para hablar de "línea de crédito" es si podrá aguantar pagar a más del 7% los bonos a 10 años hasta el 21 de junio (9 días), fecha en la que está previsto que se den a conocer los resultados de las auditorías externas encargadas a Roland Berger y Oliver Wyman. En función de esos dictámenes, en teoría, se debería fijar la cifra del rescate bancario.