Mariano Rajoy, en una foto de archivo tomada el mes pasado en La Moncloa. Foto: efe

El presidente

no da la cara

adrián legasa

bilbao. La imagen del día ayer fue la que no fue. Pocos esperaban que el presidente del Gobierno no compareciera públicamente en una jornada determinante para el futuro de la economía española, pero finalmente Mariano Rajoy prefirió no dar la cara. Fue el ministro Luis de Guindos quien se encargó de dar la noticia a los medios de comunicación y despachar, prácticamente sin explicaciones y de forma cortante, a la periodista que le preguntó dónde estaba su presidente. El ministro dejó claro, eso sí, que los millones que recibirá la banca española "no tienen nada que ver con un rescate", en la misma línea tozuda en que se ha mantenido su partido desde el primer momento en que se planteó que España podía necesitar el apoyo de sus socios europeos.

Y es que el PP, como ya hiciera el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, ha negado los problemas económicos de España hasta el final. Esta misma semana Rajoy aseguraba que el "rescate suave" no llegaría hasta conocer cuáles son las necesidades concretas de la banca a través de las empresas auditoras correspondientes, para lo que aún faltan días. Sin embargo los acontecimientos se precipitaron, y el viernes ya parecía evidente que la banca iba a necesitar ayuda de la Unión Europea, a raíz de una información de la agencia Reuters, que citando fuentes europeas aseguraba que sería este mismo fin de semana cuando el Gobierno español pediría auxilio.

El PP salió al paso de la exclusiva asegurando que había detrás intereses particulares de la agencia, si bien en primera instancia el Ejecutivo no se atrevió a desmentirla. Todo apunta a que el gabinete Rajoy ya conocía entonces que el rescate a la banca estaba al caer, pero prefirió negarlo. Incluso ayer, después de que el FMI adelantase sus resultados sobre las necesidades del sector financiero, María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, se atrevía a declarar que "no hay ningún tipo de incertidumbre acerca de la economía española".

Cospedal subrayó que la economía española "tiene grandes fortalezas", y capacidad "para salir hacia adelante", apenas horas antes de que comenzase la videoconferencia de urgencia del Eurogrupo en la que los ministros europeos de economía negociaron las condiciones del rescate. En la misma línea, el ministro de Industria, José Manuel Soria, negó ayer que España fuese a pedir un rescate y dijo que esperaría hasta conocer los resultados de los informes sobre la banca.

Nada más lejos de la realidad, pues los rumores sobre la inyección de fondos por parte de la UE se confirmaron a media tarde. Entonces surgió la pregunta: ¿Dónde está Rajoy? Y es que lo que está en juego estos días, en los que se fijarán los requisitos que deben cumplir los bancos para recibir la financiación europea y por tanto para tapar sus agujeros y poder salir adelante, es el futuro de la economía, y por ende del Estado español.

No hay más que fijarse en otros países que han sido intervenidos desde Bruselas: Grecia, Irlanda y Portugal, en los que los entonces líderes de gobierno salieron a dar la cara ante los medios de comunicación en el día en que se anunció que recibirían ayudas foráneas.

No ha hecho lo mismo el presidente del Gobierno popular, que prefirió quedarse ayer detrás de la barrera y mandó a De Guindos a torear las preguntas de los periodistas. Tras responder a algunas cuestiones técnicas, al ministro le tocó el turno de la cuestión más incómoda. Al ser preguntado dónde estaba Rajoy, respondió de forma cortante: "Yo soy el miembro del Eurogrupo y no el presidente del Gobierno. Siguiente pregunta", resolvió con poca naturalidad.

Quedaba claro así que Rajoy no haría ayer declaraciones, si bien se espera que hoy atienda a alguna agencia de información para valorar el acuerdo alcanzado en el Eurogrupo. En una primera valoración, Luis de Guindos quiso dejar claro que la financiación, con un tope de hasta 100.000 millones que llegará desde Bruselas, no es un rescate. "Esto no tiene nada que ver con un rescate en absoluto", dijo el ministro en la rueda de prensa , aclarando que se trata de "un crédito en condiciones muy favorables" para los bancos del Estado.

"Las únicas condiciones se imponen a los bancos, que son los que reciben las ayudas y que van a tener que devolver íntegramente", aseguró De Guindos, dando a entender así que no habrá repercusiones para los ciudadanos en forma de nuevos recortes. "El acuerdo es bueno para España y para Europa", zanjó. El PP pasa por tanto de negar de forma sistemática el rescate a restarle importancia para darle un tono positivo a pesar de que las condiciones del pacto están aún por concretar y sin duda tendrán efectos decisivos sobre la economía.

"mala noticia" Ante un anuncio de tales características las reacciones cayeron en cascada. Desde el PSOE se valoró que el acuerdo del Eurogrupo es una "mala noticia" y adelantó que pedirá la comparecencia del presidente del Gobierno. En un comunicado, la dirección socialista recordó que el PSOE siempre trabajó para evitar el rescate, tanto en el Gobierno como en la oposición.

Además, pidió que el rescate no tenga efectos sobre los ciudadanos y que todo el dinero público que se destine a la banca vuelva a las arcas públicas y a la sociedad.

Por su parte, el secretario de Economía de Izquierda Unida, José Antonio García Rubio, aseguró a Efe que el plan europeo de ayuda a la banca española es un "tremendo fracaso" de las políticas de PSOE y PP, y alertó de que tiene "muchos puntos oscuros" que deberá explicar Rajoy en el Congreso.

El PSOE considera el rescate una mala noticia y pide a Rajoy que dé explicaciones sobre el acuerdo en el Congreso

IU lo ve "un fracaso"

de los grandes partidos y colectivos sociales

ya han convocado protestas en Madrid