MADRID. Rodrigo Rato, expresidente de BFA, criticó ayer duramente los planes puestos en marcha para reflotar Bankia por parte del Gobierno, el Banco de España y el nuevo equipo directivo de su empresa matriz, BFA. En la última reunión del consejo de administración de Caja Madrid, aún presidido por el exministro de Economía del PP, Rato leyó un comunicado remitido en forma de carta a todos los accionistas, criticando la "inyección brutal" de capital a Bankia por parte del Estado (23.500 millones de euros, 19.000 de los cuales deberán ser en líquido) para que la sociedad incremente sus provisiones de forma notable, "a costa de fondos públicos" y "causando un grave perjuicio a los actuales accionistas".
Pero lo más curioso es que el ex alto cargo del PP deja entrever que, en la operación, el Gobierno está dando un trato de favor a Bankia a costa del erario público. Y es que el texto leído por Rato advierte de que la ayuda que recibirá el grupo que crearon Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas menores (Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia) puede provocar unas "consecuencias muy negativas" para el resto del sector ya "que ahora tendrá una cobertura de su riesgo inmobiliario menor a la de Bankia".
En este sentido, algunos bancos temen ya que el saneamiento que pretende hacer Bankia sirva de ejemplo del que se verán obligados a hacer el resto de entidades, especialmente si las consultoras contratadas por el Gobierno detectan la necesidad de más provisiones.
Explicaciones El texto recuerda que Bankia ha pedido 22.000 millones al Estado, que con ajustes se quedan en 19.000 millones y que hacen que el grupo tenga "prácticamente la mitad de sus préstamos inmobiliarios cubiertos, por encima del resto de sus competidores". Todo esto gracias a la "ingente cantidad de fondos públicos" que se inyectarán, algo que Rato dijo que es "magnífico" para el grupo, porque le permitirá cumplir con las nuevas exigencias de provisiones del Gobierno y tener además "múltiples y mullidos colchones para posibles pérdidas futuras". Pero, y es aquí de donde se deduce el trato de favor que el PP va a dar a Bankia, Rato se queja de que "desgraciadamente se hace con cargo al Tesoro Público, demandando casi un 2% del PIB español y causando un grave perjuicio a los actuales accionistas de Bankia". Ese "grave perjuicio" consistiría en que la millonaria ampliación que se llevará a cabo provocará una "enorme caída en la cotización".
no tiene culpa Según pronostica el documento que leyó el aún presidente de Caja Madrid, del dinero demandado por Bankia, 15.000 millones se destinarán a cubrir la cartera de créditos e inmuebles y le protegerán de las posibles pérdidas "futuras" derivadas de inversiones inmobiliarias excesivas realizadas en el "pasado", antes de que estallara la crisis y de que Rato llegara a la presidencia de la entidad.
Por eso el documento incide en que "resulta sorprendente que se quiera centrar en el consejo saliente de Bankia (que solo ha estado unos meses) una responsabilidad por unas posibles pérdidas futuras por unas inversiones crediticias inmobiliarias pasadas".
Además, otra punto del plan de saneamiento que se cuestiona en el texto son los 4.000 millones que pide Bankia para ajustar el valor de su cartera de empresas participadas, dando por hecho que la misma se tendrá que vender y que se hará a precios de mercado actuales, los más bajos en años. Y es que las compañías sólo ajustan el valor de sus empresas participadas si las consideran un activo disponible para la venta.
Según fuentes próximas a Caja Madrid citadas por las agencias, en la última reunión del consejo de administración de la entidad, Rato explicó las líneas generales del plan de recapitalización de Bankia, basándose en un texto a modo de resumen redactado por su equipo. Las mismas fuentes precisaron que este documento, al no haber sido redactado por Rato, "no tiene que ser necesariamente su opinión aunque fuera distribuido por él". >dNA/efe