bruselas. Oficialmente ninguno de los líderes europeos admiten que la Eurozona esté preparando planes de contingencia sobre una eventual salida de Grecia de la Eurozona. Es más, el recién estrenado presidente francés, François Hollande, lo negaba ayer con rotundidad. "No tengo ninguna información y no he pedido nada porque esto llevaría a pensar que me estoy preparando para esa eventualidad", advirtió poco antes de llegar a la cumbre informal extraordinaria convocada en la UE para hablar de crecimiento y eclipsada de nuevo por la situación de Grecia. Pero extraoficialmente, según filtró ayer la agencia británica Reuters, los planes existen y el grupo de trabajo preparatorio del Eurogrupo habría encargado a los gobiernos de la Eurozona que se preparen para una posible salida de este país mediterráneo del euro.
La noticia sobre un posible plan B no es nueva y el rumor lleva días circulando y al más alto nivel. Sin ir más lejos, la semana pasada el comisario de comercio, Karel de Gucht, apuntaba en esta dirección aunque a los portavoces de José Manuel Durao Barroso lo desmentían tajantemente poco después. En todo caso, esta eventualidad sigue muy presente en el horizonte si los partidos que rechazan los planes de ajustes y recortes pactados por la Unión Europea a cambio de los 130.000 millones del segundo rescate vencen en las próximas elecciones legislativas del 17 de junio frente a los dos partidos que tradicionalmente se han repartido el poder, conservadores y socialistas.
Según las fuentes diplomáticas citadas por Reuters, la iniciativa habría sido aprobada el pasado lunes durante una teleconferencia celebrada por el grupo de trabajo responsable de preparar las reuniones mensuales de los países del euro, un grupo técnico. "El comité de preparación ha decidido que cada país de la zona euro prepare individualmente un plan de urgencia sobre las consecuencias de una eventual salida de Grecia del euro", cita una de las fuentes mencionadas por la agencia británica que admite que todavía no existe ninguna medida pero que sí se piensa en ello. Un escenario alimentado ayer por las declaraciones del ex primer ministro griego, Lukas Papadimos, que en su primera entrevista tras abandonar el cargo -concedida a The Wall Street Journal- admitió que no se pueden excluir los preparativos para contener las potenciales consecuencias de una salida del Grecia del euro.
Y es que, según sus cálculos, esta eventualidad tendrían un coste económico de entre 500.000 y un billón de euros. "El riesgo de que Grecia abandone el euro es real y depende efectivamente de si los griegos apoyan la aplicación del programa económico", advirtió apuntando a consecuencias "profundas" y "catastróficas". Posteriormente el Gobierno heleno actual a la espera de elecciones negó esa posibilidad.
Al igual que la mayoría de los líderes europeos -tanto François Hollande como Angela Merkel se manifestaron en este sentido- considera absolutamente indeseable este escenario tanto para su país como para el resto de la Eurozona. "Aunque es improbable que se materialice y no es deseable, ni para Grecia, ni para otros países, no se puede excluir que se están haciendo preparativos para contener las consecuencias potenciales de una salida de Grecia del euro", advirtió el dirigente griego.
Desde el país que sigue en el foco de mercados y políticos europeos se niega la mayor. El ministerio de finanzas negó ayer "categóricamente los artículos según los cuáles en el marco de una teleconferencia el Eurogrupo habría pedido a los gobiernos de la zona euro preparar planes para hacer frente a una eventual salida de Grecia de la zona euro". A juicio del presidente del Parlamento Europeo jurídicamente el Tratado de la Unión Europea es claro. "El articulo 3 dice que la Union tiene una moneda que es el euro y que con la excepción de Gran Bretaña y Dinamarca, todos los países de la Unión están obligados a introducir el euro. Dejar el euro quiere decir dejar el marco legal de la UE", alertó. Y es que para los líderes de la UE, según el borrador de conclusiones que negociaban anoche en Bruselas, mantener a Grecia en el euro y que aplique el programa de ajuste pactado es "la mejor garantía para un futuro más próspero de Grecia en la Eurozona".