madrid. El ministro de Economía, Luis de Guindos, aseguró ayer que la fusión de las siete cajas de ahorros que dieron lugar a la matriz de Bankia y su salida a bolsa "fueron un error" que el Gobierno está en proceso de corregir.
En su comparecencia en el Congreso de los Diputados a petición propia, De Guindos sostuvo que la crisis y nacionalización de Bankia son un efecto del estallido de la burbuja inmobiliaria, que dejó patente errores de gestión cometidos en el pasado. "Ahora vamos a empezar a depurar todos los errores, cuando se habla de provisiones y de capital lo que hacemos es reconocer errores de valoración, de concesión de crédito y de decisiones de inversión", dijo De Guindos en su turno de réplica a los grupos parlamentarios.
"Bankia es un caso de esos errores. La fusión de las entidades no era la más adecuada ni la salida a Bolsa, y ahora tenemos que ir corrigiendo", reconoció en alusión a la integración de siete cajas lideradas por Caja Madrid y Bancaja en Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia.
Según concretó, el nuevo equipo de gestión de Bankia, liderado por José Ignacio Goirigolzarri, analizará esta misma semana junto al Banco de España el plan de saneamiento de BFA-Bankia y pedirá los recursos necesarios al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
El saneamiento total que le queda por hacer al grupo ronda los 9.000 millones y el Gobierno se compromete a que el Estado aportará todo el dinero que sea necesario para sanear el grupo, lo que le dará el control a través de una participación que se venderá "en el plazo más breve posible". Luis de Guindos explicó que BFA-Bankia debe aumentar sus provisiones en unos 7.100 millones y además tendrá que atesorar unos 1.900 millones para contar con un colchón de capital que le cubra mejor contra el riesgo inmobiliario.
Eso eleva el saneamiento total del grupo hasta los 9.000 millones, aunque ello no quiere decir que esa tenga que ser la cantidad que aporte el Estado, aunque el Gobierno parte de la premisa de que es necesario apoyar el saneamiento del grupo para poder recuperar luego los fondos públicos aportados.
Además, el nuevo equipo gestor deberá renovar los consejos de administración de Bankia y de su matriz, BFA, ya que "la gestión profesionalizada es uno de los requisitos imprescindibles para atraer futuros inversores y garantizar la viabilidad de la entidad". Así deberá reducir a los actuales miembros, en su mayoría políticos, optando por personas independientes para que todos sean "profesionales de reconocido prestigio".