vitoria. El número de procesos concursales se ha disparado en la CAV casi un 40% en el primer trimestre del año. Según datos del Colegio Vasco de Economistas a los que ha tenido acceso este diario, entre enero y abril se han abierto 78 concursos de acreedores frente a los 56 del mismo periodo del año anterior. La dinámica es reflejo de los problemas de salud que arrastra la economía vasca, que entró oficialmente en su segunda recesión en los tres primeros meses del año.
Los colegiados de Ekonomista participan en el Turno de Actuación Profesional (TAP) al que recurren los jueces para designar a los administradores que toman en control de las empresas cuando entran en quiebra. Es un colectivo muy cercano al día a día del tejido productivo vasco por ese motivo, pero también debido a que la mayoría de las compañías tiene al frente a un licenciado en Económicas y Empresariales.
Este periódico ha conversado estos días con cuatro responsables del Colegio de Economistas para pulsar su opinión sobre la situación económica y la recaída de la CAV en la crisis. El presidente de Ekonomista, Iñigo Ocáriz; su secretario general, Iñaki Ramos; el responsable del Registro de Economistas Asesores Fiscales del País Vasco, José Ramón Arrondo y otro de los expertos en materia fiscal, Iñigo Peña, advierten a priori de que sus opiniones no son representativas del sector.
tendencia negativa Sin embargo, las coincidencias en las líneas generales de sus lecturas particulares proyectan un diagnóstico muy cercano. En el plano más objetivo, los datos que manejan en la actualidad no son nada halagüeños. El turno de oficio -en el que también participan el Instituto de Censores Jurados de Cuentas y el Colegio de Titulares Mercantiles- participa en más del 95% de los concursos, solo quedan fuera casos muy especiales en los que el juez considera que no es necesaria su participación. Sus estadísticas señalan por ello tendencia, en este caso muy negativa al ser fruto de la comparación con el peor año del la crisis con 241 quiebras.
Los procesos concursales han aumentado de forma notable tanto en Araba como Bizkaia, mientras que en Gipuzkoa se han mantenido estables. El territorio alavés es el que mayor incremento ha registrado un 92%, casi el doble. El repunte se ha notado más por el escaso volumen que mueve. Bizkaia se sitúa justo en la media con casi un 42%. Y sólo se ha declarado en concurso de acreedores una empresa más que en el primer trimestre de 2011 -21 frente a 20-, un 5% más. Existe una gran resistencia por parte de las empresas a declararse en concurso. En otros países, como Alemania y Francia, se considera la Ley Concursal como una herramienta para reflotar la empresa, pero en la CAV y en el resto del Estado impera un gran temor a dar ese paso. Se espera demasiado tiempo antes de iniciar el saneamiento y el resultado es que se cierra el 97% de las compañías que entran en concurso, explica el secretario general de Ekonomista, Iñaki Ramos.
"Las empresas llegan deshechas al proceso concursal y en la mayoría de los casos no es posible reflotarlas", afirma. Esos cierres tienen un doble efecto negativo en la economía. Se destruyen puestos de trabajo y además quedan deudas impagadas que lastran a las compañías que son sus acreedores, debilitando a su vez, entre otras cuestiones, su estructura laboral. El ámbito del concurso "es muy duro" pero es clave saber calibrar el momento de acudir a la Ley. Una vez dentro del proceso el economista designado dentro del TAP, como administrador concursal, define el camino por el que debe transitar la empresa, aunque la decisión final, muerte o supervivencia, la toma el juez. Pero sólo si se llega a tiempo es posible sanear y relanzar la empresa. Por ello, el secretario general de Ekonomista considera necesario "un cambio cultural" dentro del mundo empresarial. Que empiece a verse el concurso de acreedores como una oportunidad y no como el fin de un camino.
A falta de conocer el resultado final de las quiebras activadas hasta ahora, el mal arranque del año avanza una tendencia muy negativa para el conjunto del ejercicio. En sólo tres meses se han abierto casi un tercio de los procesos activados en todo 2011, el año de la crisis en el que más concursos se registraron.
El motivo, explica José Ramón Arrondo, es la duración de la crisis. Hay empresas que aunque lo han pasado mal han resistido, pero llegan con la gasolina justa después de cuatro años de recesión. Todo apunta a que este año será peor que el anterior, ¿pero hasta dónde se puede caer? "El problema es saber dónde está el suelo. Se están tomando medidas desde 2008, cada día se toman medidas. Y sin embargo seguimos cuesta abajo", responde Arrondo.
Para el presidente de Ekonomista, Iñigo Ocáriz, hay un "elemento psicológico fundamental" dentro de la situación actual. Una "crisis de confianza" de los ciudadanos en general que lastra el consumo y también una "crisis de expectativas entre los jóvenes, que no perciben oportunidades en el futuro".
Con todo la economía vasca, asegura Ocáriz, tiene un punto a favor en relación a la del Estado, su vocación exportadora y su menor exposición al ladrillo. Confía por ello en que la situación mejore antes. Eso sí con crecimientos positivos "mucho menores" que antes de la crisis.
En esa línea se mueve también, Iñigo Peña, asesor fiscal y financiero que participa en la conversación desde Gasteiz a través de una videoconferencia. "Las empresas de historial exportador están mejor que las que operan en el mercado interior. Va a hacer falta que cada vez sean más importantes las cuentas del exterior", subraya. Siguiendo esa línea argumental, los responsables del Colegio Vasco de Economistas coinciden en que la crisis es una oportunidad para reorientar las empresas tanto en la búsqueda de nuevos mercados como de fórmulas de innovación.
Hay otras teclas a tocar en medio del colapso actual. Entre ellas la de la fiscalidad, otra herramienta en la salida de la crisis en opinión de los economistas. Arrondo avisa de que "no hay milagros", todo pasa por buscar fórmulas que favorezcan la actividad y el empleo. Añade que una rebaja del Impuesto de Sociedades, un tributo cuyo peso en la recaudación "no es excesivamente significativo", tendría un efecto positivo en el IRPF y en el IVA puesto que mejoraría la capacidad de las empresas para contratar personal.
José Ramón Arrondo, Iñigo Ocáriz e Iñaki Ramos, en la sede del Colegio Vasco de Economistas en Bilbao. Foto: ZIGOR ALKORTA
Las empresas llegan "deshechas" al concurso, si se espera demasiado no es posible reflotarlas, advierte el Colegio