MADRID. La crisis de Gobierno en Grecia y la posibilidad de que el país heleno abandone la moneda única, junto a los nuevos esfuerzos que deberá acometer el sistema financiero español por sus riesgos del 'ladrillo', han tensado el interés del bono español a diez años por encima del 6,49%.
El diferencial de la deuda de Italia respecto al bono alemán a diez años, considerado referente de estabilidad, también está padeciendo las tensiones por la crisis griega y repuntaba a las 8.23 horas hasta los 473,7 puntos, lo que arroja un tipo de interés del 6,17%.
La última vuelta de tuerca al sector financiero con el incremento de las provisiones obligatorias por importe de 30.000 millones de euros y la reafirmación de los objetivos de consolidación fiscal de España no parece haber convencido a los inversores.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, advirtió ayer de que el elevado nivel de la prima de riesgo de España no es sostenible y ha reclamado la ayuda de la eurozona para frenar lo que considera el efecto del contagio de la crisis griega.
De Guindos eludió concretar si estaba pidiendo al Banco Central Europeo (BCE) que reanude sus compras de deuda española, reclamación generalizada entre responsables del sistema financiero español.
Con este panorama, el titular de Economía ha insistido en que el Gobierno español ha puesto en marcha todas las medidas que considera necesarias para estabilizar la economía española, no sólo porque es lo mejor para España, sino también "porque supone una aportación al conjunto de la zona euro".
En este sentido, De Guindos ha reiterado el compromiso total del Gobierno español de cumplir el objetivo de reducir el déficit al 5,3% del PIB este año y al 3% el año que viene. "Creemos que existen posibilidades sin duda de alcanzarlo", ha sostenido.
A su juicio, la Comisión "no está teniendo en cuenta el cierre definitivo de los presupuestos de las comunidades autónomas" y por ello ha pronosticado que se incumplirán las metas.