bruselas. España ha recurrido al Banco Central Europeo (BCE) para dar una mayor credibilidad a la valoración independiente de la cartera crediticia de la banca española, con el fin de disipar las dudas sobre los balances de las entidades a raíz de llamada "crisis del ladrillo" o del sector inmobiliario. Con la colaboración del BCE, el Ejecutivo español, liderado por Mariano Rajoy, espera concluir el análisis en los próximos dos meses, una tarea ingente, tal y como recalcó el ministro de Economía, Luis de Guindos. El mandatario popular transmitió este mensaje al presidente del BCE, Mario Draghi, durante la reunión del lunes del Eurogrupo, en la que también presentó la reforma financiera aprobada el viernes por el Gobierno.
El Eurogrupo se mostró conforme con estas medidas, pero exigió a España que acelerase el análisis externo de los activos de los bancos, una tarea que supondrá revisar la gran cartera de préstamos de la banca española, que supera los 3 billones de euros y se aproxima al 300% del PIB español. "No hay nada que ocultar, creemos que la reforma que estamos haciendo es una reforma que clarifica, introduce transparencia y claridad en los balances", resaltó De Guindos, quien además rechazó que sea necesario pedir ayuda del fondo de rescate europeo para recapitalizar los bancos. "Nadie ha pedido a España lo más mínimo al respecto", zanjó.
El ministro también negó que la participación del BCE en las evaluaciones independientes encargadas a dos entidades desautorice la labor del Banco de España, y descartó reformar de momento el estatuto del regulador del sistema bancario español para darle más independencia política y recuperar su credibilidad. La valoración de la cartera crediticia la hará un "grupo de trabajo formado por el Ministerio de Economía, el Banco de España, el BCE y los evaluadores independientes", explicó.
El anuncio del responsable del ministerio se relaciona con la escalada desbocada de la prima de riesgo española (el diferencial entre la rentabilidad del bono hispano a 10 años respecto al alemán) que ayer llegó a alcanzar el récord de los 492 puntos, aunque al final cerró en 487. El Gobierno hubiera preferido guardar la baza de la tutela del BCE para otro momento, pero la jornada negra de ayer le obligó a usarla.