MADRID. El Consejo de Ministros ha aprobado hoy una nueva reforma financiera que endurece las provisiones de la banca, y que no incluye ayudas a fondo perdido para las entidades que lo necesiten, pero sí apoyos con un tipo cercano al 10 % anual.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró hoy tras el consejo de ministros que el Gobierno está determinado a "tomar las medidas necesarias" para restaurar la "credibilidad y la confianza" en el sistema financiero.
Mientras que el decreto de febrero se centró en provisionar los activos del sector del ladrillo declarados problemáticos, en esta el foco se pone en el crédito teóricamente sano, para el que se exigen también fuertes provisiones. Las entidades que no puedan afrontar ese saneamiento podrán recibir dinero público al 10%. Además, se obliga a que los bancos aporten antes de fin de año los inmuebles que se han quedado por el impago de créditos a sociedades anónimas y tras una tasación independiente. El Gobierno ha decidido también encargar a dos entidades independientes que valoren toda la cartera de los bancos, en respuesta a las dudas internacionales sobre las cuentas de la banca española.