MADRID. El think tank Civismo ha presentado hoy el Día de la Liberación Fiscal, el primer día del año en que los ciudadanos han ahorrado suficiente dinero como para pagar todos sus impuestos. De acuerdo con un estudio de Civismo, Cristina Berechet, un español medio tardaría 124 días en pagar todos sus impuestos, por lo que tendría que trabajar hasta el 4 de mayo para Hacienda.
En el estudio, que mide únicamente la presión sobre las rentas salariales, se destaca que un trabajador destinaría 54 días al año a pagar el IRPF, 27 por el IVA, 23 por las cotizaciones a la Seguridad Social que salen de la nómina del trabajador, 13 para pagar los impuestos especiales y 7 más otros impuestos. Julio Pomés, presidente del think tank, incidió en que si se incluyeran la parte de la Seguridad Social que paga el empresario, “el ciudadano medio gastaría 179 días trabajando para mantener el Estado, casi medio año”.
Según Pomés, el Día de la Liberación Fiscal y la Calculadora de Impuestos deben servir para que los políticos sean más responsables con el dinero público, que los contribuyentes sean conscientes de lo que cuesta mantener el Estado del Bienestar e incitar a una mayor competencia fiscal entre comunidades autónomas. En este sentido, Berechet destacó que las diferencias entre las comunidades ascienden hasta a 9 días, por lo que los catalanes acaban pagando un 7% más que los vascos. “El mayor culpable de las diferencias es el IBI, que muchos ayuntamientos, como Barcelona o Madrid, han subido para aumentar sus ingresos”, señaló.
Pedro Schwartz, secretario de Civismo, centró su discurso en las contradicciones de la política de Rajoy: “El presidente dijo que no aumentaría la carga fiscal y, en lugar de eso, ha colocado el peso de la reducción del déficit sobre los hombros de los creadores de riqueza”. Según la investigación del think tank Civismo, las últimas subidas de impuestos han supuesto un coste extra para los trabajadores de cinco jornadas de trabajo: 127 euros atribuibles a la subida del IRPF y 193 que se pueden achacar a la subida del IVA. En su opinión, hubiera sido preferible reducir las subvenciones a actividades deficitarias, como la minería del carbón o los aeropuertos subutilizados. “Harían falta muchas más medidas para reducir el despilfarro, como las de aumento de las tasas universitarias o de los billetes del transporte público”.
El economista explicó que aumentar los impuestos no sirve para frenar el déficit porque reducen la capacidad de crecimiento: “Aquellos gobernantes que prefieren subir impuestos para mantener el gasto acaban debilitando nuestra economía, porque nos restan posibilidades para invertir y crear riqueza con la que pagar mejores servicios en el futuro”. En vez de eso, sugirió que sería preferible reducir el tamaño del Estado. En este sentido, el catedrático apuntó que “sólo el 19% del gasto de las Administraciones Públicas es una adición al PIB”. El 23% restante, hasta completar el 44% del PIB al que equivale el gasto público total, consiste en tomar dinero de unos bolsillos para meterlo en otros. “El Estado actúa como un ineficaz intermediario financiero y desplaza así la financiación privada a las familias y las empresas”.
Por su parte, Carlos Espinosa de los Monteros, vicepresidente de Civismo, pidió a Rajoy “que no desfallezca en su intento y compromiso de equilibrar las cuentas públicas”. En este sentido, recalcó que el reto es “no seguir subiendo los impuestos; al contrario, bajarlos tan pronto como sea posible, porque han alcanzado unos niveles inaceptables”.