Vitoria. A priori, el pastel resulta tentador: 150.000 millones de euros al servicio de la inversión extranjera para redibujar Argelia, un país extraordinaria e históricamente dependiente de los hidrocarburos que anhela una diversificación de su economía. De ahí su millonario plan quinquenal (2009-2014), una suerte de premio Gordo para tentar, entre otros, a Euskadi, cuyas exportaciones en el continente africano tienen precisamente en Argelia a su destino número uno.

En este escenario, las empresas vascas quieren sacar provecho de esta oportunidad, máxime cuando sus principales clientes en Europa, los mercados francés y alemán, no parecen estar tirando a estas alturas del año como se esperaba. Así que la mirada está ya puesta en latitudes más al sur. Hace ya más de un año que el lehendakari encabezó una misión comercial a los Emiratos Árabes Unidos y Qatar -países igualmente ricos y dependientes del petróleo y el gas que Argelia- y en breve otra expedición hará lo propio en este país, cuya extensión es cuatro veces la de España.

El viaje comenzará el 2 de junio y concluirá el día 7. La Cámara de Comercio de Álava ha sido esta vez la encargada de tutelar todos los pormenores del mismo. De momento, para abrir boca, la entidad alavesa celebrará mañana en su sede de Dato ante 70 empresas vascas la jornada Argelia y sus oportunidades comerciales y de negocio, que contará con la presencia del embajador de Argelia, Mohamed Haneche, y el consejero de Asuntos Económicos y Comerciales de la embajada, Salim Berkat. También ofrecerán su particular visión de este estratégico mercado los empresarios alaveses Aner Garmendia, director general de Ega Master, que lleva 15 años trabajando en Argelia, e Iñigo Azurmendi, director de la compañía de ascensores Omega Elevator, que cuenta con una planta de fabricación propia en la ciudad de Orán.

Un país seguro La presencia en Vitoria del embajador y el interés mostrado por la red de cámaras vascas no es casual. Lejos de Europa, este país africano representa probablemente una de las mejores oportunidades para las empresas vascas, asegura Garmendia, cuya firma de máquina herramienta obtiene del continente africano -fundamentalmente de Argelia y Nigeria- el 15% de sus ventas totales. A juicio de este emprendedor, la argelina se trata de una economía en plena expansión, muy cercana geográficamente a España y con un clima jurídico y para hacer negocios "que nada tiene que ver con el de hace una década".

Si a eso se añaden las necesidades que demanda el país, fundamentalmente en materia de infraestructuras, tecnología o formación, la oportunidad parece evidente. "Sólo hace falta mucho ánimo y ningún temor; en estos momentos está todo por hacer y la competencia es poca, así que los márgenes son mayores", explica Garmendia.

Fin a la era del petróleo Al abrigo del petróleo -las reservas argelinas ocupan en estos momentos el puesto número 15 en el ranking mundial- pero sobre todo del gas natural -es el sexto productor por detrás de Rusia, Estados Unidos, Canadá, Irán y Noruega, y tiene la octava reserva más grande del planeta-, Argelia ha edificado históricamente un cinturón industrial tan potente como inseguro, de ahí el deseo gubernamental de diversificar su economía hacia latitudes más sostenibles. Algo parecido a la filosofía iniciada hace ya un tiempo por los fondos de inversión árabes, entusiasmados con participar en sectores estratégicos como el aeronáutico en respuesta a un hipotético final de la era del petróleo. En Argelia, sin llegar a ese extremo, la realidad es muy similar. Y están dispuestos a asumirla. El pasado año cerró su balance económico con un crecimiento cercano al 4% y para los próximos años espera superar el 5%. Un deseo tan real como los hidrocarburos que se esconden bajo sus pies y para el que ya se ha puesto encima de la mesa un millonario plan estratégico.