MADRID. En una entrevista concedida al diario alemán 'Frankfurter Allgemeine' avanzada este viernes, De Guindos ha descartado que España vaya a seguir los pasos de Grecia, Irlanda y Portugal. "Nos sobrepondremos y saldremos incluso más reforzados sin la ayuda exterior", ha subrayado. "España es un país que ha cometido muchos errores en el pasado y ha acumulado desequilibrios, pero ahora estamos trabajando para corregir dichos problemas", ha indicado De Guindos.
Para ello, el ministro de Economía ha confirmado que el Gobierno emprenderá reformas en los "servicios públicos, máxime, en sanidad y en educación". Esto supondrá, en palabras de De Guindos, "una racionalización del gasto de las comunidades autónomas". Asimismo, las reformas tendrán como objetivo "mejorar el funcionamiento de los mercados" y, por ende, el del "mercado de alquileres, así como la liberalización del comercio y en los servicios profesionales".
En este sentido, también ha remarcado la reestructuración del sector bancario, en el que "los más débiles, desaparecerán". Así pues, "tendremos un sector financiero más sano con menos bancos, pero más fuertes", ha sentenciado.
De Guindos ha sostenido que España "pondrá en orden" las finanzas públicas. "Hemos heredado un legado muy malo, pero lo aceptamos, y ahora hemos de hacer lo que no se ha hecho en los últimos cuatro años en los próximos seis meses", ha defendido De Guindos, que ha reiterado que España "volverá a ser un socio de confianza en la Unión Europea (UE).
LOS PRESUPUESTOS
No obstante, interpelado por la confianza que profesan los mercados por el Gobierno de Rajoy, De Guindos ha argüido que cuando los inversores a "estudien los nuevos presupuestos, responderán de forma positiva". La prima de riesgo española ha alcanzado su máximo en más de cinco meses, justo cuando el Ejecutivo ha aprobado los primeros presupuestos de la legislatura.
Al respecto, De Guindos ha achacado esta reacción al temor de que los presupuestos "socavaran el crecimiento económico", ante lo cual, "el Gobierno ha de reformar al mismo tiempo el mercado laboral, el sector bancario y en otras áreas para demostrar en las próximas semanas que (España) volverá a crecer en el medio plazo".
Si bien ha admitido que "este año será difícil", De Guindos ha abogado por que 2012 sea el año en el que se asiente "la base de la recuperación" y ha rechazado "crear falsas expectativas".
"España tiene un problema de financiación. Si los mercados no reconocen la consolidación (fiscal), todavía pueden incrementar el coste de las finanzas públicas. Esto podría conllevar dificultades para el sector privado". Por esta razón, De Guindos considera que "el control del déficit es esencial" y "la consolidación fiscal inevitable".
"El anterior gobierno dejó un déficit del 8,5 por ciento en lugar del 6 por ciento previsto. Por ello, hemos de emprender un esfuerzo adicionales y, además, en un contexto de recesión. Sobre todo, debemos recuperar la confianza en la economía española. Esto no implica únicamente que tengamos un déficit del 5,3 por ciento este año, sino que éste sea del 3 por ciento el año próximo. Estamos firmemente comprometidos con esta meta", ha manifestado De Guindos.
Sin embargo, estas "medidas extraordinarias en tiempos extraordinarios" también se encaminarán hacia tres importantes vértebras de la economía española: la reducción de la tasa de desempleo, "el verdadero talón de Aquiles", de acuerdo con De Guindos; la economía sumergida y el crecimiento económico.
Sobre el último de estos ejes, el ministro de Finanzas ha vaticinado "una ligera mejora" después de que este año la economía española se contraiga un 1,5 por ciento. Para revertir esta coyuntura, De Guindos ha apelado por "suprimir el déficit comercial", "reducir la inflación por debajo de la media europea" y aumentar la competitividad. Será el sector servicios y el turístico los que certifiquen tal mejoría económica, ha apuntado.