Madrid. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, adelantó ayer que su gabinete aprobará la Ley de Estabilidad y Sostenibilidad Presupuestaria, la reforma laboral y la reestructuración del sistema financiero entre el Consejo de Ministros del 27 de enero y los dos primeros del mes de febrero. Es decir, la fecha límite que se impone el Ejecutivo para poner en marcha las reformas claves que apuntalen su programa de recortes, es el segundo viernes de febrero, concretamente el día 10. Así lo señaló Rajoy en una rueda de prensa junto al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, donde descartó la posibilidad de que la reforma laboral se apruebe esta misma semana, aunque el Gobierno "ya está trabajando en este proyecto".

En sus discurso el presidente español obtuvo ayer el respaldo del presidente del Consejo Europeo. Herman Van Rompuy elogió las medidas de ajuste aprobadas ya por el jefe del Gobierno y le apremió a aprobar ya la reforma laboral, al considerar que es una "emergencia" por la elevada tasa de paro en España. Van Rompuy y Rajoy se vieron en Madrid por primera vez en un almuerzo de trabajo en el Palacio de la Moncloa, un día después de la visita del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

El entendimiento

Aplausos para Rajoy

La cita de ayer sirvió para preparar la cumbre de Bruselas del día 30, en la que los socios comunitarios concretarán el pacto fiscal que consagrará el principio de estabilidad presupuestaria. En la rueda de prensa conjunta, Rajoy garantizó a Van Rompuy que España va a cumplir los compromisos adquiridos con Europa en materia de control de déficit y va a aprobar todas las reformas necesarias para generar crecimiento y empleo.

Además de explicarle en detalle el plan de ahorro de 15.000 millones de euros, con medidas como la subida del IRPF, Rajoy le aseguró que las reformas del mercado de trabajo, del sistema financiero y del sector público para fijar el techo de gasto estarán listas en tres semanas.

Van Rompuy por su parte hizo hincapié en la importancia de que España "ponga freno" a la actual tasa de desempleo, el 20,7%, la más alta de los Veintisiete. "No solo es necesario, es una emergencia", insistió el mandatario europeo.

Al igual que Sarkozy, Van Rompuy valoró "la firmeza y el fuerte apoyo popular" del plan de ajuste y las reformas impulsadas ya por Rajoy. A su juicio España está trabajando en "la dirección adecuada" y considera modélico el pacto sellado el pasado verano entre PP y PSOE para reformar la Constitución y fijar techos de gasto y endeudamiento a las administraciones públicas.

También en sintonía a la línea marcada por Sarkozy, Rajoy y Van Rompuy convinieron en que la austeridad no es suficiente para salir de la recesión y que son precisos "planes de crecimiento y generación de empleo". Ambos reconocieron que como ya aseguraba la agencia de calificación Standard & Poor's, es "evidente que las duras políticas de ajuste pueden recortar el crecimiento en un primer momento", pero amparándose en este argumento defendieron la urgencia de plantearse reformas estructurales y, entre ellas, prima la laboral.

Llegados a este punto el presidente del Gobierno aprovechó para pedir de nuevo a las organizaciones sindicales y empresariales que aporten y que pongan "algo de su parte" en la legislación en la que ha "ya ha empezado a trabajar el Gobierno este mismo lunes". "Si hacemos las cosas bien vamos a salir, pero no vienen por delante tiempos mejores", avisó, tras asegurar que su equipo tendrá "determinación y coraje para abordar las decisiones que correspondan".

Según Rajoy, la reforma del mercado laboral sentará las bases para "un funcionamiento más eficiente del mercado de trabajo". Así, el resultado de la misma deberá ser un marco laboral "en el que los salarios se negocien en función de la actividad y la situación de las empresas, mientras que las condiciones laborales tendrán que negociarse en el ámbito territorial o sectorial óptimo". En su opinión, esta reforma garantizará "de forma adecuada los derechos de los trabajadores".