Vitoria. Un nuevo donde dije digo digo Diego, y ya van unos cuantos, en la etapa de Patxi López como lehendakari. Tras constatar por la mañana que su intento de subir los impuestos por la vía parlamentaria va camino de naufragar antes de zarpar, López dio marcha atrás ayer por la tarde y restó peso a su sugerencia del miércoles de explorar un acuerdo en la Cámara vasca para introducir un recargo en ciertos tributos, entre ellos el IRPF. Y es que ayer el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti, su principal socio en el Parlamento, dejó claro que esa propuesta "no va a salir" ya que a su juicio no es necesario subir los impuestos en estos momentos, dejando solo al lehendakari y frustrando su enésima intentona de influir en la fiscalidad de la CAV, competencia de las diputaciones.
Los controvertidos propósitos de López vuelven a levantar la crítica unánime de la opinión pública y le obligan a rectificar. Le ocurrió algo similar al lehendakari cuando logró incluir a última hora un paquete de recortes a los funcionarios de Lakua en una enmienda a los Presupuestos, con la diferencia de que entonces, pese a los reproches, el PP sí apoyó la maniobra. Aquella vez fue la presión sindical la que le obligó a ablandar su plan de ajuste, que finalmente se ha llevado adelante, modificado, vía decreto y sin el apoyo de los agentes sociales.
El pasado miércoles, López dejó caer la posibilidad de explorar acuerdos en el Parlamento para hacer una ley que imponga recargos a algunos tributos como el IRPF o Patrimonio. Pero el PNV ya ha manifestado su rechazo a subir el IRPF y esta vez los populares han dejado claro que no habrá acuerdo. Sin su apoyo, las palabras del lehendakari del miércoles quedarán en eso, en palabras.
Situación "menos mala" Basagoiti considera que a día de hoy no es necesario subir los impuestos ya que "aquí la situación es menos mala que en el resto de España", dijo el líder del PP vasco a la salida de su encuentro de ayer con Pello Urizar en Bilbao. El popular justificó así la diferencia de criterio entre su partido en la CAV y en el Estado español, donde Mariano Rajoy ha aprobado una subida del IRPF para todos los niveles de renta -que no secundarán ni Bizkaia ni Álava-.
Basagoiti subrayó que la "herencia" que ha recibido López es mejor que la que ha recibido Rajoy dado que la industria y el mercado laboral vascos no están tan deteriorados, por lo que en Euskadi "no hay por qué hacer ese camino", opinó acerca de subir los impuestos.
Estas declaraciones se suman a las efectuadas el mismo miércoles por su compañero de partido Antón Damborenea, quien calificó la idea de López de "poco seria".
Otros partidos, como el PNV o Ezker Batua, que ha llamado "teatrero" al lehendakari, han sido aún más contundentes al valorar la declaración de intenciones del Gobierno vasco. El presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, afeó ayer al lehendakari que "no puede tener una ocurrencia cada mañana" y "poner patas arriba la imagen de Euskadi". En declaraciones a Efe, Ortuzar criticó la "errática e incomprensible" postura del Gobierno vasco en materia fiscal y explicó que su partido dirá "radicalmente no" a los recargos que López ha amagado con intentar introducir.
Otro elemento que justifica este rechazo generalizado a la recarga de impuestos es que las tres diputaciones vascas han acometido cambios en materia fiscal recientemente, lo que hace que otra modificación tributaria a estas alturas se antoje un tanto precipitada, tal y como explicaron Basagoiti y Ortuzar.
Marcha atrás Ante este rechazo de los grandes grupos políticos, López optó ayer a última hora de la tarde por quitar hierro a sus declaraciones del miércoles. El líder del PSE explicó en la cadena Ser que su partido solo contempla la posibilidad de que el Parlamento aprube recargos, pero que no serán ellos quienes lo propongan. López precisó, en contradicción con lo expresado el día anterior, que este plus en los impuesos "no solucionaria los verdaderos males de Euskadi", algo que a su juicio sí se lograría combatiendo el fraude fiscal.
No obstante, el lehendakari sí reiteró el interés del Gobierno vasco por influir en materia fiscal. "No hay ningún gobierno en Europa que no tenga ninguna capacidad de influir en sus ingresos", lamentó.