rivabellosa. En tiempos de severa incertidumbre como los actuales resultan escasas, por no decir ninguna, las muestras de optimismo que pueden ofrecer las empresas alavesas. La tónica es generalizada, sin embargo en los últimos tiempos comienzan a darse casos, muy concretos, bien es cierto, que llaman a la esperanza. Uno de ellos es Mercedes, que acaba de afianzar su posicionamiento en Álava con la firma de un convenio colectivo que traerá a Vitoria la construcción mundial del nuevo modelo de furgoneta, que sustituirá a la Vito y la Viano. Este desarrollo asegurará carga de trabajo para la próxima década, de ahí que sus casi 3.300 trabajadores puedan respirar tranquilos.
La segunda compañía, igual de histórica que la alemana aunque mucho menos conocida, es Talgo, el histórico fabricante de trenes impulsado por Goicoechea y Oriol cuya sede de Ribavellosa, junto a la plataforma logística de Arasur, también acaba de garantizar su actividad, como poco, hasta 2015. En este caso la tranquilidad deviene de la adjudicación de tres proyectos estratégicos y millonarios en Rusia, Kazajstán y Arabia Saudí para los que se fabricarán en los próximos años 54 trenes y casi mil vagones. Este extraordinario impulso provocará una ampliación de las instalaciones del polígono de Bayas así como la contratación de nuevos trabajadores. Los responsables calculan que serán necesarios unos 350 empleos, entre directos e indirectos, para las plantas de Las Matas II (Madrid) y Rivabellosa. Los detalles se conocerán con exactitud a lo largo del primer trimestre del año que viene, cuando concluya el plan de viabilidad en el que se encuentra inmerso la compañía ferroviaria.
A corto plazo, las primeras unidades irán con destino a Kazajstán. 12 trenes de 35 vagones cada uno (equivalente a unos cuatro campos de fútbol seguidos) que ya se encuentran en el horno de montaje. El proyecto es ambicioso, reconoce José Ramón López, director de Fabricación. Se trata de sustituir de manera progresiva la desvencijada flota ferroviaria de la antigua república soviética por otra nueva y moderna que cubra las necesidades de un país cuya extensión multiplica por cinco a la de España, a pesar de tener una población de 16 millones. En esta idea irán desapareciendo del mapa cerca de 3.000 trenes y verá la luz una fábrica en el país para la que hace meses se lleva instruyendo en Álava a trabajadores kazajos en la doctrina Talgo, una suerte de manual de fabricación imprescindible para alcanzar las cotas de calidad que exige cada producto. La exigencia no es baladí en la compañía. Para hacerse una idea, baste un dato: "Antes de soldar un solo centímetro de plancha de aluminio de cualquier vagón es preciso antes que cada operario reciba 300 horas de formación y otras tantas de prácticas", revela López. Para ganar tiempo y destreza, hace años que Talgo creó su propia escuela de soldadores, una formación específica y homologada en el ámbito internacional que hoy ocupa al 30% de la plantilla.
'Ave del desierto' Si la planificación industrial no se ve alterada, y eso es algo altamente improbable en una planta acostumbrada a fabricar con precisión suiza, en 2012 comenzará la proyección de otros siete trenes (de 20 coches cada uno) para Rusia. Sin duda será otro espaldarazo para garantizar la viabilidad de una planta a la que la buena suerte parece no querer darle la espalda. El último éxito le ha llegado desde Arabia Saudí, donde hace unas semanas fue adjudicado junto a un consorcio empresarial español (OHL, Cobra -filial de ACS-, Indra, Renfe, Adif...) para diseñar, construir, explotar y mantener la línea de alta velocidad La Meca-Jeddah- Medina (casi 450 kilómetros), así como la fabricación de los trenes por un periodo de 12 años. Se calcula que el Ave del desierto, como ha sido bautizado ya este tren, desplazará cada año a unos 60 millones de peregrinos a la ciudad santa.
El contrato en cuestión marca un punto y aparte en la historia empresarial española: se trata de un Gordo de 6.736 millones de euros que lo convierte en el mayor proyecto adjudicado en el extranjero a las empresas nacionales. Talgo será quien reciba la mayor porción de la tarta, un pedido extraordinario de 1.600 millones que podría elevarse hasta los 2.400 millones. Su planta alavesa fabricará 35 trenes Talgo 350 -modelo conocido popularmente como Pato- a partir de 2013 y se reserva la opción de construir otros 23 convoyes más. También el mantenimiento de los mismos correrá a cargo de Talgo.
Futuro a 380 kms/h A tenor de los últimos contratos -antes también hubo pedidos importantes para Bosnia, Oregón, Wisconsin o Uzbakistán- el presente de la compañía se presenta espléndido aunque el futuro tampoco le va a la zaga. Su departamento de ingeniería, en estrecha colaboración con los responsables de Rivabellosa, llevan tiempo trabajando en el modelo AVRIL, el tren del futuro que volará a 380 kilómetros a la hora. Las pruebas dinámicas del primer prototipo podrían efectuarse en el primer semestre de 2012, para poco después comenzar su fabricación en serie, sostiene López. "Nuestras opciones de futuro pasan por construir trenes versátiles que se adapten a las necesidades del mercado, más anchos y cortos, de ahí que el AVRIL, con capacidad para 500 pasajeros (tres a un lado del pasillo y dos al otro), camine en esta línea", añade. Aunque la tecnología es clave en el desarrollo de Talgo, su máximo responsable no olvida el "gran valor" de su plantilla en el éxito final. Destaca en este sentido López -23 años en la planta- la "tremenda implicación" de cada uno de los trabajadores, que hacen suyo cada producto terminado, lo cual se traduce en un resultado "fantástico" que además repercute en su salud. La factoría ha llegado a contabilizar casi 700 días sin accidentes, casi un "milagro" cuando el personal manipula cada día toneladas de material extremedamente pesado.