NUEVA YORK. "Fuentes con conocimiento directo de la situación indicaron que la compañía ha alcanzado un acuerdo valorado en 57 millones de dólares para compensar a aquellos clientes engañados", indica el portal, que informa de que el fabricante de la pulsera "se delarará en bancarrota".

Varios clientes presentaron el pasado mes de enero una demanda civil en EEUU en la que alegaban que haber sido embaucados por las presuntas propiedades beneficiosas para la salud y el rendimiento físico de las pulseras Power Balance, algo de lo que finalmente la propia empresa nunca proporcionó evidencias contrastables.