bruselas. La Comisión Europea presentará mañana tres opciones para la emisión de deuda común en la eurozona, dos de las cuales prevén la sustitución parcial y una tercera el reemplazo pleno de los bonos nacionales por los "bonos de estabilidad". En el borrador del llamado libro verde sobre la viabilidad de la introducción de los bonos de estabilidad -eurobonos- que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, presentará hoy oficialmente, el Ejecutivo comunitario revela que dos opciones requieren un cambio en el Tratado de Lisboa.
La primera opción es la sustitución de todos los bonos nacionales por los bonos de estabilidad, que podrían ser emitidos de manera descentralizada pero con un procedimiento coordinado o mediante una agencia de deuda de la eurozona, que distribuiría los ingresos a los Estados miembros dependiendo de sus necesidades. Estos bonos implican compartir el riesgo crediticio y tendrían la ventaja de garantizar plenamente las necesidades de refinanciación de los Estados, con independencia de las condiciones de sus finanzas públicas. El problema es que darían vía libre para descuidar la disciplina fiscal en los Estados miembros, dado que ya no estarían expuestos a presiones sobre su coste de financiación. Por tanto, esta opción tendría que ser acompañada por un marco muy robusto que garantizara la disciplina presupuestaria y la competitividad.
Dado que esta posibilidad requerirá cambios en el Tratado, la implantación de bonos de estabilidad con la garantía de todos los Estados miembros necesitaría "un tiempo considerable".
La segunda opción es la sustitución parcial de los bonos nacionales por los nuevos de deuda común y con garantías varias y comunes de los países de la eurozona, el llamado esquema "azul-rojo", que crearía un mercado con bonos soberanos de dos pilares. Unos serían los "bonos azules", que consistirían en la emisión de títulos soberanos comunes hasta ciertos límites preestablecidos (el 60% del PIB) y por tanto podrían no cubrir todas las necesidades de refinanciación de todos los Estados. El resto serían bonos nacionales, los llamados "bonos rojos". Estos títulos solo contarían con las garantías nacionales. También esta versión requeriría un cambio en el Tratado.
Por último, la tercera opción planteada es la sustitución parcial de bonos nacionales con garantías varias pero no compartidas por todos los Estados miembros. Este sistema implica que cada país tenga que garantizar la parte proporcional que le corresponde asumir según su necesidad de financiación del conjunto de la emisión de bonos de estabilidad. También asume la garantía de la emisión de bonos nacionales.