madrid. La situación es preocupante: la prima de riesgo de la deuda española rebasó ayer un nuevo récord histórico y se situó en los 455 puntos diferenciales respecto al bund alemán (éste tiene una rentabilidad del 1,79% frente a un 6,34% el español) en un día en el que el Tesoro hubo de pagar el mayor interés desde 1997, más de un 5%, por colocar en los mercados 3.158 millones de euros en bonos a 12 y 18 meses. Para mayor escarnio, la rentabilidad con la que se pagan los bonos españoles en los mercados secundarios alcanza ya el 6,3% y todo esto repercutió en una nueva bajada de la bolsa, que ayer se dejó un 1,61%. Sin embargo, el mensaje claro de apoyo de Bruselas al decir que la actual ofensiva no se cimenta en la fragilidad de la economía española sino en la acción de los especuladores que buscan el efecto contagio de las crisis griega e italiana, mantiene cierta ilusión de que los ataques podrían decaer si el BCE y las instituciones europeas respaldan con fuerza a España.

Además hay otro dato que apunta a una reacción inminente desde Bruselas y es que los ataques no se circunscriben ya únicamente a las economías periféricas, sino que amenazan con entrar al corazón económico de la Unión. Tanto es así que países como Bélgica, Francia, Austria e incluso Holanda y Finlandia, registraron ayer nuevos máximos desde la implantación del euro, por la disposición de los inversores a comprar deuda alemana.

El tercer argumento para la esperanza llega de los países más amenazados al frente de cuyos gobiernos se han situado sendos tecnócratas a las órdenes de la UE. En Grecia el nuevo primer ministro Lucas Papademos ya se ha comprometido a cumplir todos los mandatos de Bruselas (pese a los recortes que implican), mientras en Italia Mario Monti ultima la formación de un gobierno que tendrá año y medio para meter la tijera.

subasta Pero mientras llega la mejoría anhelada por todos la realidad es la que es. Las dudas sobre la viabilidad de la moneda única europea y los ajustes que piensan aplicar Atenas y Roma obligaron ayer a España a subir un 40% la rentabilidad de sendas emisiones de letras a 12 y 18 meses y a colocarlas al 5%, el interés más alto desde 1997. Así, el Tesoro Público colocó 3.158 millones de euros, de los cuales 2.600,14 corresponden a letras a un año que se pagarán el 5,2% (un 41% más que en la anterior emisión), y 557,93 millones a un año y medio con una rentabilidad del (5,32%), el 38% más que en la subasta precedente.

Sin embargo también aquí hay algunos indicadores para la esperanza a la espera de qué ocurre mañana con la emisión de bonos a 10 años (España espera recaudar entre 3.000 y 4.000 millones con la duda de a qué interés). El primero es que el objetivo inicial de la colocación de deuda de ayer, que oscilaba entre 2.500 y 3.500 millones de euros, se cubrió moderadamente y la demanda de las entidades rozó los 8.850 millones de euros. Es decir, los compradores siguen interesados en los bonos hispanos.

En segundo lugar y según los analistas está la certeza de que el umbral del 5% de interés no se puede considerar "insostenible" ya que "aunque está subiendo, el coste medio de la deuda española es aún reducido y el país tiene cierto margen para aguantar los costes elevados durante una temporada". Y es que lo que paga España en intereses de la deuda con respecto al PIB era en 2010 el 1,9%, frente al 2,8% de la zona del euro, el 2,5% de Alemania, en tanto que Grecia pagaba el 5,8%. En relación a ingresos públicos, España destinó a intereses en 2010 el 5,3% de sus ingresos públicos, frente al 6,3% de la zona del euro, el 5,7% de Alemania y el 14% de Grecia.