Vitoria. Los grupos junteros del PNV, PSE y Bildu solicitaron ayer al PP que estimule un programa empresarial alternativo al plan Deika que garantice el recorrido realizado hasta la fecha por algunas de las empresas participantes y, sobre todo, que no deje caer "en saco roto" las conclusiones de esta apuesta por la diversificación si realmente merecen la pena. Tal y como adelantó este periódico en su edición del pasado martes, la intención de la Diputación respecto a este proyecto -impulsado por el PNV en marzo de 2010- pasa por enterrarlo definitivamente y cerrar las puertas a una posible prórroga o continuación. A juicio del diputado de Promoción Económica, Luis Viana, los 300.000 euros que costó la consultoría encargada de la gestión y redacción de las conclusiones del plan es un precio "absolutamente desproporcionado" e "inasumible" para los tiempos que corren. Por este motivo no habrá segunda parte porque, según reconoce la Diputación, algunos empresarios participantes en Deika lo consideran una "pérdida de tiempo".

Ayer fue el turno de la réplica. Prácticamente la oposición en bloque, especialmente el PNV, salió al paso para matizar algunas de las interpretaciones de Viana y, sobre todo, lanzar al Equipo de Gobierno un mensaje claro: si el trabajo realizado durante esos 19 meses merece la pena, hay que aprovecharlo. "Fuimos muy críticos con la puesta ne marcha del plan porque lo considerábamos excesivamente ambicioso y rupturista con el cambio de estructura empresarial de Álava, pero no parece de recibo tirar un año largo de trabajo a la basura", sostiene Cristina González, portavoz del grupo socialista.

Empresas implicadas En la misma línea, y por motivos obvios, se pronunció la jeltzale Arantza Zenarruzabeitia, una de las impulsoras de este plan que pretendía reactivar la economía local a través de la búsqueda de nuevos nichos de mercado para las empresas. A su juicio, una vez calificadas las declaraciones del diputado respecto a este asunto como "de mal estilo", sería "deseable" una continuación institucional del proyecto porque "ha funcionado". "Costó mucho tiempo reunir a casi 45 empresas, tractoras y pymes, y hacerlo además con la discreción que nos exigían, pero al final mereció la pena porque se logró poner en marcha proyectos estratégicos que están ahí en sectores como el de las energías renovables, el ferrocarril o las centrales de compras", resume la exdiputada de Promoción Económica.

Otro de los padres del plan, Nando Lacalle, también pone en valor el trabajo realizado. Insiste el actual concejal del Ayuntamiento de Laudio que el plan "fue una buena idea". Las empresas, recuerda, acudían con gran interés "por eso sería una pena que todo el trabajo no tuviera continuidad".

Precisamente ese empujón empresarial, ese liderazgo institucional que la Diputación del Partido Popular parece no querer asumir ahora, resulta mucho más básico de lo que parece. "¿Si no es la Diputación la que dinamice esos encuentros, quién lo va hacer?", se pregunta De la Calle.

Para el PNV, el argumento económico esgrimido para desactivar este proyecto es relativo. "¿Qué es caro o barato?", lanza Zenarruzabeitia. "A nosotros no nos lo pareció en su día y a tenor de los resultados seguimos pensando que fue una decisión adecuada".

Desde Bildu, la postura respecto al plan Deika es salomónica. Critica de un lado la coalición el respaldo público del mismo, con su "opacidad y falta de efectividad" añadidas, sin embargo, advierte de que los tiempos no están como para desaprovechar lo andado. "Si hay fundamento sería deseable que este plan u otro parecido tuvieran continuidad y no cayeran en saco roto", sostiene con reservas su portavoz, Gorka Ortiz de Guinea, que critica a su vez la política de promoción empresarial desarrollada por el PP hasta la fecha. "Ni hay política clara al respecto ni propuesta alguna". Cristina González, del PSE, abunda en esta línea. "La respuesta en la materia está siendo muy floja. ¿Todo lo que se va hacer es Ardoaraba? Exigimos una implicación acorde a las necesidades actuales", concluye la portavoz.