atenas. La incertidumbre sobre el futuro de Grecia se ha acentuado en las últimas horas ante la negativa de la oposición de formar un Gobierno de concertación nacional, propuesto por el primer ministro, el socialista Yorgos Papandreu, con el principal fin de obtener el segundo rescate financiero.

Pese a obtener el viernes por la noche el voto de confianza del Parlamento y de mantener ayer su disposición a dimitir, Papandreu se enfrenta a una reforzada oposición política. Todos los partidos de la oposición le exigen que se retire del poder pues creen que no ha hecho un buen trabajo en los 25 meses en el poder, de los cuales 21 se han vivido bajo severas medidas de austeridad para evitar la quiebra del país.

"Insistimos en la petición de inmediatas elecciones (legislativas) para salir lo antes posible de esta pesadilla" , dijo ayer el líder de la oposición conservadora Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás.

El portavoz del Gobierno, Ilías Mosialos, respondió al rechazo con un comunicado en que señalaba que unas elecciones adelantadas serían "una catástrofe para la nación". Pero el aislamiento del primer ministro, líder del gubernamental Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), se ha acrecentado desde su propuesta, luego retirada, de celebrar un plebiscito sobre las ayudas externas para evitar la quiebra del país.

A su regreso de la cumbre de Bruselas la semana pasada, con un acuerdo de una quita del 50 % de la enorme deuda griega bajo el brazo y un nuevo rescate de 130.000 millones de euros, Papandreu se encontró con un descontento general en sus filas dados los grandes sacrificios adicionales que suponen esos acuerdos pactados con la eurozona y el FMI.

Sin consultar ni a sus correligionarios, ni a sus socios internacionales, Papandreu anunció por sorpresa el lunes la celebración de un referéndum sobre dichos acuerdos, despertando el temor a un posible "no" del pueblo griego, con el consiguiente riesgo de quiebra y salida del euro.

Pero tras recibir fuertes presiones de los líderes europeos reunidos en la cumbre del G20 en Cannes (Francia), el mandatario heleno acabó desistiendo de este propósito.

El viernes por la noche obtuvo un ajustado voto de confianza en el Parlamento, con el apoyo de 152 diputados socialistas y el voto en contra de 145 opositores, en la Cámara de 300 escaños. "En el próximo periodo celebraré reuniones para formar un gobierno de cohesión", dijo Papandreu ayer a los medios tras ser recibido por Papulias en el Palacio Presidencial.

En esa reunión se acordó "que el presidente heleno convocaría de inmediato a los líderes políticos para explorar la posibilidad de una colaboración entre las fuerzas políticas", señaló el portavoz gubernamental en un comunicado, en el que se subraya que "el primer ministro no ha planteado como condición ser el líder de ese Gobierno".

Esta disposición al parecer no es suficiente para superar las diferencias con sus contrincantes políticos, pues toda la oposición quiere una convocatoria inmediata de elecciones anticipadas, mientras que Papandreu busca una formación que gestione el Gobierno hasta febrero, para cuando espera una "normalización de la situación".

Samarás, sin embargo, insiste en celebrar legislativas el 4 de diciembre, y aprobar un Gobierno de tecnócratas que se limite a adoptar los acuerdos pactados con el rescate en Bruselas y los presupuestos para 2012. Papandreu ha convocado una reunión del Consejo de Ministros para esta tarde, después del encuentro que mantendrá Samarás, con el presidente de la República, Carolos Papulias.