Vitoria. A pesar del enorme interés con el que el Gobierno español abrazó en 2010 el futuro del vehículo eléctrico (puso sobre la mesa un plan de 600 millones de euros), la realidad hoy, un año después, es que a esta tecnología le falta chispa, no acaba de arrancar. Hasta el momento, las cifras de ventas son flojísimas. A pesar de la buena imagen que este tipo de vehículos genera entre los ciudadanos, lo cierto es que sólo se ha matriculado el 5% de lo previsto por Miguel Sebastián, ministrio de Industria, el 6 de abril del pasado año. "Circularán por las carreteras españolas 20.000 coches puros e híbridos en 2011 y otros 50.000 al año siguiente", vaticinó.
Error de cálculo. Y grave. Entre enero y agosto de este año las únicas matriculaciones fueron las de 213 coches y 344 motos eléctricas. La crisis y el excesivo precio de este tipo de coches en comparación con sus equivalentes de gasolina están condenando a esta nueva tecnología, cuando menos, a rebajar de forma severa las expectativas creadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
En este contexto, Miguel Sebastián acudió ayer a Vitoria junto a su colega Ramón Jáuregui, ministro de Presidencia, para impartir una conferencia sobre los retos de la política industrial a un nutrido grupo de empresarios alaveses. En la rueda de prensa previa, Sebastián insistió en la idoneidad de impulsar políticas industriales "activas y dinámicas" como la vasca y conminó a los presentes a diversificar más allá de la industria manufacturera con ejemplos como el del coche eléctrico. En este punto, a pesar de reconocer los malos datos recogidos hasta la fecha -"la implantación ha estado muy por detrás del calendario previsto, ya que los productores han ido retrasando sus planes", dijo-, el ministro anunció que "buscará" una prórroga de las ayudas a la tecnología eléctrica que no se van a gastar este año para que puedan utilizarse en 2012, "cuando sin duda habrá más oferta", añadió.
Lenta revolución Sebastián insistió en que la apuesta por este tipo de vehículo es, ahora mismo, "una opción a largo plazo", y destacó que su implantación será "la salvación de Europa y de su desafío en materia energética, industrial y medioambiental". Sin embargo, advirtió de que el ritmo en la generalización de su uso no se puede imponer desde ningún gobierno, sino que debe originarse desde el sector industrial y, sobre todo, desde el lado del consumidor. "El coche eléctrico será un éxito si y sólo si los consumidores lo quieren", concluyó. A pesar de las bondades ecológicas y eficientes de este tipo de vehículos, casi todos los expertos no niegan que tenga futuro pero sí ponen en duda que vaya a revolucionar el mundo de la automoción en sólo unos años, como preveía Sebastián. El millón de coches eléctricos circulando por las calles españolas para 2014 seguirá, de momento, siendo un sueño.