Vitoria. "Mucho mejor de lo esperado". Con esta valoración resumieron ayer desde UGT y Comisiones Obreras la respuesta que los trabajadores de la planta de Michelin en Vitoria secundaron ante el llamamiento de estas dos centrales para defender las condiciones del nuevo convenio colectivo. Si la semana pasada, a pesar de la lluvia, cerca de un millar de trabajadores se manifestaron frente a la puerta principal, ayer la cifra se elevó hasta los 1.500 en lo que los sindicatos convocantes resolvieron como "un mensaje claro y directo a la dirección para que se atenga a negociar con los trabajadores, como siempre ha hecho", señaló a este periódico un portavoz de UGT. A pesar del posicionamiento claro por parte de la plantilla a la hora de defender sus derechos en el nuevo convenio laboral -"nos quieren congelar el sueldo cuando el grupo ha duplicado sus beneficios en España y por diez en el resto del mundo", criticaba ayer un trabajador-, las conversaciones con la dirección continúan estancadas. Es más, desde la primera manifestación de hace una semana hasta ayer no se ha producido ningún contacto, confirmaron fuentes sindicales.
Más presión ¿Y a partir de ahora? Según reconocieron ayer desde ambas centrales, es momento de analizar lo ocurrido y no precipitarse. "Nos vamos a tomar un par de días para analizar y digerir lo que ha pasado, que es muy gordo. La empresa tiene que entender que no puede romper la mesa negociadora porque sí; creemos que es hora de negociar y nosotros estaremos ahí. Ahora, si persiste en su negativa a atender lo que consideremos es justo nos veremos obligados a incrementar la tensión en las fábricas. No nos dejan otra salida", concluyeron.