GASTEIZ. Los máximos órganos de gobierno de las tres entidades de ahorro ratificarán el acuerdo de fusión pactado con Bildu, ya que en las anteriores asambleas no dio tiempo legal para incluir las modificaciones efectuadas en el contrato de integración inicial.

Este último intento de fusión de las tres cajas vascas tenía garantizado el apoyo de los dos tercios de las asambleas de la vizcaína BBK y la alavesa Vital, gracias, fundamentalmente, al respaldo del PNV, PSE-EE y PP.

En la guipuzcoana Kutxa dependía de la postura de los representantes de CCOO, sindicato mayoritario, o de la decisión de la izquierda abertzale que, a mediados de septiembre, decidieron apoyar el proceso a cambio de la introducción de unas modificaciones en el acuerdo inicial.

La BBK y la Vital dieron ya el primer visto bueno a la fusión fría el 16 de septiembre pasado, mientras que la Kutxa guipuzcoana lo hizo el 23 de ese mismo mes.

Las modificaciones al contrato de integración inicial acordadas con Bildu se refieren, básicamente, al mantenimiento del carácter público del nuevo banco y al compromiso de mantener sin tiempo límite la aportación a la obra social de las cajas.

El acuerdo que será ratificado mañana por las asambleas establece que Kutxa Bank deberá mantener siempre el 51 por ciento de sus acciones, por lo que en el caso de venta siempre estaría controlado por las tres cajas fundadoras.

El nuevo protocolo de fusión eliminará del inicial el límite temporal de tres años al que se comprometían las cajas a destinar el 30 por ciento de los beneficios para la obra social.

Con el nuevo protocolo, ese porcentaje de los beneficios que generen los dividendos del negocio bancario de cada caja irá destinado, siempre, a la Obra Social.

Con la ratificación de mañana se da pista libre definitivamente a la creación de Kutxa Bank, que recibirá todos los activos y pasivos de las cajas, excepto los vinculados a la obra social y al patrimonio artístico.

El nuevo banco se convertirá en la cuarta caja de España por activos totales, con 75.729 millones de euros, la quinta cuando culmine la operación entre Unicaja, Caja España y Caja Duero, y la octava entidad del sistema financiero estatal.

Su capital principal en 2015 se situará en torno al 16 por ciento y prevé alcanzar unos beneficios superiores a los 800 millones de euros, el doble de los acumulados por las tres cajas el año pasado.

Como consecuencia de esos resultados, se duplicará la dotación a la Obra Social, que rondará los 240 millones de euros.

BBK conservará el 57 por ciento de las participaciones en el capital social del nuevo banco, Kutxa el 32 por ciento y la Vital el 11 por ciento restante.

El Consejo de Administración del nuevo banco estará integrado por 20 miembros de los cuales 12 (60 %) serán designados a propuesta de la caja vizcaína, 6 por la guipuzcoana y 2 pro la alavesa.