bruselas. Los líderes de la UE han retrasado casi una semana su próxima cumbre, dotándose así de más tiempo para finalizar una estrategia integral contra la crisis de la deuda de la eurozona y proteger a la banca de posibles consecuencias catastróficas. La cumbre estaba prevista para los próximos días 17 y 18, pero el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, decidió ayer cambiar de planes tras una ronda de consultas y convocó a los mandatarios de la UE y de la eurozona para el día 23 de octubre.

El retraso de la cumbre "nos permitirá finalizar nuestra estrategia integral contra la crisis de la deuda soberana de la zona euro", explicó el político belga. La decisión fue anunciada un día después de que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, prometieran en Berlín presentar antes de fin de mes una "solución duradera" para estabilizar la zona del euro, lo que aumenta las expectativas de que los líderes de la UE logren un pacto para atajar la crisis de la deuda. Su as en la manga es un "paquete completo" de medidas que incluirá "más integración" económica, más mecanismos anticrisis y la reforma de tratados comunitarios, todo dentro de una "nueva visión" europea, en la que "Grecia es parte de la eurozona de forma indiscutible". El objetivo principal de ese conjunto de medidas será la "necesaria" recapitalización del sector bancario europeo, lastrado por la tenencia de deuda soberana de los países europeos más endeudados.

balance Cuando se celebre la cumbre el día 23, habrán pasado ya tres meses desde el acuerdo del 21 de julio, en el que se concretaron los detalles del segundo rescate a Grecia y la ampliación de los poderes del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para atajar la crisis de la zona del euro.

El presidente del Consejo Europeo considera que en este periodo se han logrado "progresos significativos" en la aplicación del acuerdo. Argumenta que se ha aprobado el nuevo paquete de la gobernanza económica -que prevé sanciones para los países que incumplan los objetivos de déficit y deuda- y el proceso de ratificación del FEEF está próximo a concluir, al faltar solo Malta, que votó ayer, y Eslovaquia, que pretende hacerlo el martes. La intención es que el FEEF pueda dar préstamos a los gobiernos para recapitalizar bancos e intervenir en el mercado secundario.

Van Rompuy reconoció no obstante que hace falta avanzar más en elementos pendientes. Quedan por esbozar los detalles técnicos de los nuevos poderes del fondo, concretar los planes de la Comisión Europea y de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) sobre recapitalización, redefinir probablemente la participación privada en el segundo rescate de Grecia y decidir sobre el desembolso de la próxima ayuda al país.

La ABE tendrá que tener en cuenta el impacto de una fuerte depreciación o incluso de una hipotética suspensión de pagos de la deuda griega en el balance de los bancos, dado que en las pruebas de julio no incluyó esa variable que cada vez gana más fuerza.

La troika -la CE, el FMI y el BCE- concluyó ayer las negociaciones con el Gobierno griego y redactará ahora su informe para que la eurozona pueda decidir si libera los 8.000 millones de euros del sexto tramo de ayuda para mediados de noviembre. En cualquier caso, fuentes diplomáticas han reconocido que "Grecia no es el problema en estos momentos; el mayor problema son los bancos". Y es que El FMI calcula en 200.000 millones de euros la recapitalización necesaria, pero otras fuentes hablan de una cifra mas cercana a los 100.000 millones.