bruselas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dado un giro en sus recetas para salir de la crisis y ahora, ante las perspectivas de una nueva recesión para 2012, apuesta por dejar de lado la política de austeridad y recortes, aprobar estímulos para la recuperación económica de Europa, que el BCE baje los tipos de interés y, además, que compre deuda pública de países como España e Italia para frenar la especulación y la inestabilidad.

El propio FMI anunció que estudia la posibilidad de comprar deuda pública española e italiana (ahora imposible, porque haría falta un cambio de su normativa), tras reiterar sus perspectivas de ralentización de la economía europea, llegando incluso a contemplar una posible recesión.

Paralelamente, el FMI reclamó al Banco Central Europeo (BCE) que mantenga su programa de compra de bonos de aquellos países que se vean más acosados por los mercados y que, al tiempo, lleve a cabo políticas monetarias expansionistas, como una rebaja de los tipos de interés. El director del FMI en Europa, Antonio Borges, indicó que estudia la posibilidad de unirse al fondo europeo temporal de rescate en la compra de deuda italiana y española, tanto en el mercado primario como en el secundario.

España e Italia son los dos mayores países que actualmente cuentan con mayores problemas para colocar sus títulos a un buen interés a causa de los temores de los inversiones.

Además, el informe reitera que la economía europea sufrirá una ralentización en lo que queda de año y en 2012, por lo que pidió al BCE que "relaje" las políticas monetarias para frenar el impacto sobre las economías en peligro y para fomentar el crecimiento. El consejo de gobierno del BCE, que subió los tipos un cuarto de punto en abril y de nuevo en julio hasta el 1,5% actual, se reúne hoy jueves para discutir medidas para estabilizar la situación en los mercados financeros.

En este sentido, el director europeo del FMI reclamó que durante "el tiempo que sea necesario" el regulador monetario europeo compre títulos españoles e italianos, tal y como ya hizo de modo puntual en agosto con el fin de frenar los ataques especulativos que dispararon la prima de riesgo de estos dos países. De este modo, el Fondo mantiene su pequeña cruzada para que las instituciones públicas europeas no estrangulen el crecimiento con excesivas políticas de austeridad y una política monetaria contractiva.