madrid. Las bolsas europeas volvieron a sufrir ayer fuertes pérdidas de más del 4%, en reacción a las últimas medidas anunciadas por la Reserva Federal, la persistente incertidumbre sobre la economía mundial, y la tardanza de la UE en dar soluciones efectivas para evitar la quiebra griega. El Ibex madrileño se desplomó un 4,62%, cerró a 7.830 y, además de perder la barrera psicológica de los 8.000 puntos, se acerca a sus mínimos de marzo de 2009. Fue la cuarta mayor caída del año y en lo que va de 2011 ya pierde un 20%.
El euro también resultó perjudicado por el pesimismo, mientras los inversores parecían decantarse por el dólar como moneda más segura.
Los mercados de valores europeos se mostraron decepcionados por el plan de estímulo económico que anunció el miércoles la Fed, que se llevará a cabo mediante el canje de bonos de corto plazo por otros de más largo plazo por 400.000 millones de dólares.
Así, al final de la jornada, la bolsa de París perdió el 5,25%; la de Fráncfort, el 4,96%; la de Londres, el 4,67%; la de Madrid, el 4,62% y la de Milán, el 4,52%. Los bancos encabezaron una vez más las pérdidas.
sin planes para atenas El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, aseguró que la medida de estímulo anunciada por la Fed la pasada sesión "ha defraudado a los mercados", que esperaban más, y ello después de la poca concreción del último Consejo de Ministros de Finanzas de la UE (Ecofín) y del que se esperaba un plan concreto que evite la quiebra de Grecia.
Para José Carlos Díez, durante la sesión de ayer, además del anuncio de la Fed, las bolsas se han visto afectadas por las actuaciones de las agencias de calificación, que en su opinión, "han vuelto a ser un elemento desestabilizador".
Y es que la agencia Moody's rebajó la calificación de las entidades estadounidenses Bank of America, Citigroup y Wells Fargo, al considerar que hay ahora menos probabilidades de que el Gobierno salga a su rescate si fuera necesario.
La decisión de Moody's se produjo un día después de que Standard & Poor's rebajara la calificación de algunos bancos italianos, lo que afectó la cotización de la banca europea. Para Díez, también ha influido en los mercados el informe del FMI en el que se alertaba sobre las necesidades de capital de la banca europea. "Si el FMI advierte del riesgo de recesión global, debería comportarse como un bombero prudente y no como un pirómano", sentenció Díez.
De la misma opinión que José Carlos Díez fueron los economistas de Ahorro Corporación y Atlas Capital, quienes recalcaron que los mercados han echado en falta concreción en las medidas de los organismos mundiales, tanto en el caso de la Fed como del Ecofin la semana pasada. "Hay que dar a los problemas soluciones concretas y cuantificables", manifestaron los analistas de Atlas Capital.
Alfonso Treviño, socio-director de Atlas Capital, considera que, aunque la decisión de la Fed de comprar bonos a largo plazo no es una mala medida, los mercados han reaccionado mal por la "incertidumbre y el escepticismo" de los inversores, que realmente "no se creen" las iniciativas que están adoptando gobiernos e instituciones. Los vaivenes en las bolsas, con semanas buenas y semanas malas, proseguirán, según Treviño, hasta que no haya una acción concertada desde la UE y se le diga a cada país qué es lo que tiene que hacer.
Por su parte, el euro cayó momentáneamente hasta su valor más bajo frente al dólar desde hace ocho meses, para recuperar su posición posteriormente. La banda de fluctuación del euro osciló en el mercado de Fráncfort entre 1,3385 y 1,3602 dólares en una negociación muy volátil.
Las cifras de la actividad industrial de China y de Europa intensificaron el temor a una nueva recesión y la aversión al riesgo entre los inversores, lo que apoyó la cotización del billete verde considerado seguro incluso pese a la debilidad coyuntural y el elevado endeudamiento de EEUU.
Con grandes compras de bonos, el BCE ha evitado que la rentabilidad de la deuda de España e Italia se dispare pero no ha logrado impedir que aumente la incertidumbre y se ralentice la economía de la zona del euro. La prima de riesgo de España se situó en 360 puntos, mientras se disparó la italiana hasta las puertas de la barrera psicológica de los 400, a pesar de las compras de bonos por parte del BCE.